Informacion Obrera: La población trabajadora necesita medidas urgentes contra la carestía de la vida
La subida de precios es insoportable para la población trabajadora. La electricidad ha subido hasta un 600%. Los combustibles, un 40%. El gas ha subido en los mercados internacionales un 400% y el gobierno, que ha limitado por el momento esa subida, anuncia que el trimestre próximo habrá que repercutirla en las tarifas. Para abril se anuncia una nueva subida del butano, que pondría el precio de la bombona de 12,5 kilos en 18,63 euros, una subida del 54% en año y medio.
Los precios de los alimentos y de otros productos siguen a los combustibles. El IPC oficial de febrero reconoce una subida del 7,6%. Y se anuncian mayores subidas.
Muchas industrias se plantean el cierre ante el incremento de costes de la energía.
La guerra de Ucrania agrava esta situación. Desde que empezó, el pasado 24 de febrero, la gasolina se ha encarecido un 10,8%, y el diésel, un 14,6%. Agricultores y ganaderos anuncian subida de precios por el incremento del gasóleo, los fertilizantes y los piensos, los transportistas por el aumento del gasoil…
Los especuladores aprovechan la situación para llenarse los bolsillos. Como ejemplo, el aceite de girasol, que ha subido un 60% en pocos días (a pesar de que la cosecha se recogió en julio). Las eléctricas aumentaron sus beneficios un 40% en 2021.
Las repuestas de los gobiernos indignan a la mayoría. Desde la Comisión Europea, Josep Borrell solicitó a la ciudadanía ducharse con agua fría y reducir el uso de la calefacción de sus casas. Mientras que Pedro Sánchez pide un “pacto de rentas” para “moderar” la subida de los salarios y estudia no subir las pensiones según el IPC medio, como establece la última norma aprobada en Cortes. Más sacrificios para la clase trabajadora, mientras se deja que los especuladores se forren.
La población exige medidas eficaces
La mayoría trabajadora no puede soportar estas subidas de precios, mientras los salarios suben una media del 1,5%. Hay que levantar la exigencia a los gobiernos de medidas eficaces para defender el nivel de compra de los salarios y las pensiones.
Las subidas de la electricidad son la consecuencia de la entrega de un servicio público al “libre mercado”, a los intereses de unas multinacionales que sólo buscan maximizar los beneficios. Sólo pueden garantizarse unos precios asequibles (y ajustados a los costes reales de producción de la electricidad) mediante la nacionalización de las empresas eléctricas.
Con las continuas subidas de precios, ya no basta con la actualización anual de salarios y pensiones según el IPC. Salarios y las pensiones no pueden ir detrás de las subidas de precios que deciden los especuladores. Es necesario poner en marcha una escala móvil de salarios, es decir, la actualización inmediata de los salarios a las subidas del IPC.
La guerra nos trae subidas de precios, y justifica nuevos recortes sociales para aumentar los gastos militares. “Me gustaría más invertir el dinero de los contribuyentes en escuelas o pensiones, pero debemos gastar en defensa”, declaraba la primera ministra sueca, Magdalena Anderson, en la cumbre de la UE del 10 y 11 de marzo). Hay que poner fin a la guerra, retirar las tropas españolas del este de Europa, poner fin a la entrega de armas.
Los sindicatos convocan movilizaciones el 23 de marzo contra la carestía de la vida. Hay que llenar las calles ese día y continuar la lucha hasta el fin.
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