Avancemos hacia la ruptura con el franquismo: ¡separación Iglesia – Estado!
Resolución del Encuentro de Trabajadores y Jóvenes
Madrid, 29 de enero de 2022
Por si fuera históricamente necesario demostrar el carácter de la Iglesia Católica deberíamos decir que en el orden mundial estamos ante una organización saqueadora, explotadora y opresora.
Ligada a distintas dictaduras, su delegación en España jugó un papel cómplice con la dictadura franquista. Sin necesidad de mayor descripción, los últimos sucesos lo demuestran por sí mismos.
Asistimos al espectáculo de uno de los mayores latrocinios de propiedades inmobiliarias de la historia de nuestro país, en el que más de 100.000 propiedades han podido ser substraídas, a través del mecanismo llamado inmatriculación registral, desde 1946 hasta el día de hoy, cuando se recrudece el horror de los abusos de cientos de miles de niños a manos de curas, frailes y demás personal ligado a la Iglesia.
A pesar de toda la inmundicia que se sospechaba y que ahora aflora por todas partes, la Conferencia Episcopal Española (CEE), órgano de gobierno de la Iglesia Católica (IC), no solo hace constar su impunidad, sino que arrastra al fango al actual Gobierno de coalición y a los dirigentes políticos que lo apoyan y callan.
Debemos destacar que la situación actual se da cuando se cumplen casi 44 años de la desaparición formal de la dictadura y su recambio por la Monarquía, y 20 años después del nacimiento de la lucha organizada por la separación de la Iglesia y el Estado de forma precisa tras la dictadura, fundamentalmente con el surgir de la asociación Europa Laica.
El 6 de octubre de 2021, la Plataforma RECUPERANDO, impulsada por esta asociación y otras decenas de ellas, hizo la primera convocatoria estatal con concentración ante las Cortes Generales para reclamar al gobierno de coalición medidas legislativas y ejecutivas con el objetivo de que la IC devuelva los miles y miles de propiedades robadas, en su mayor parte de carácter público.
El movimiento por la recuperación se fortalece y, por ejemplo, en el País Vasco se presenta el Manifiesto de una plataforma denominada BERRESKURATUZ – RECUPERANDO con el apoyo de organizaciones sindicales y políticas de diversos orígenes.
Lejos de escuchar y actuar a favor de la democracia más elemental, el gobierno de coalición ha caído en la ignominia organizando dos viajes al Vaticano de las vicepresidentas Carmen Calvo y Yolanda Díaz cuyas conversaciones en ningún momento se han publicado en canales oficiales y que han sido seguidas de negociaciones entre el gobierno y la CEE a las que podemos definir, sin pudor alguno, como de burla a los ciudadanos.
Primero, el gobierno publica una lista de 35.000 propiedades con muchos errores pero que además solo parte de 1998, haciendo desaparecer el franquismo y las tropelías cometidas por la IC a la sombra del palio con que paseaban al dictador.
Seguidamente la IC anuncia que reconoce haberse podido equivocar en unos 1000 casos (no llega al 3% de todo lo “inmatriculado”). Publica la lista, se comprueba que en ella no figura ningún buen negocio de uso turístico como puedan ser la Mezquita de Córdoba o la Catedral de Sevilla. Con los datos de visitas anuales que tienen y el precio de las entradas, estos beneficios millonarios son hurtados al Estado.
El silencio del gobierno de coalición es atronador en lo que un número creciente de personalidades, organizaciones e incluso instituciones municipales definen como blanqueo de un atraco a lo público.
Con esta dramática situación de fondo se nos propone una comisión parlamentaria como solución para saber si ha habido o no ocultación de miles de casos de abusos o incluso robo de niños en la dictadura y hasta el día de hoy.
En ningún caso esta propuesta nos parece incompatible con una Comisión independiente en la que pudieran participar expertos, organizaciones y todo aquel ciudadano interesado.
Desde luego ambas iniciativas deberían contar con el apoyo y la movilización de las organizaciones sindicales, políticas y de lucha por el laicismo, ejerciendo de facto control sobre los electos y sus labores.
Y con esa consideración acordamos proponer a todas ellas, a los ciudadanos, trabajadores, jóvenes, este camino que abra paso a la definitiva separación de iglesia y Estado, al laicismo, a la democracia que, a la vista del falso aconfesionalismo de estas últimas cuatro décadas, solo puede tomar forma en un Estado republicano.
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