La reivindicación de la cultura y el arte por la Comuna de París
Una sociedad sana, comunista, se asocia a menudo solamente con la cobertura de las necesidades materiales para el conjunto de la población. Ni que decir tiene que alimentación, vestido, vivienda, enseñanza y sanidad son exigencias elementales para una vida digna. Pero son solamente una premisa que abre la perspectiva de que el ser humano pueda desplegar todas sus capacidades culturales y en particular artísticas que, para la mayoría, están negadas en el capitalismo.
A pesar de las conocidas limitaciones de la experiencia revolucionaria que fue la Comuna de París, en particular su breve duración de apenas 72 días incluyendo todo, también en el terreno de la cultura y el arte se promovieron avances inéditos. En primer lugar, como ya se explicó en artículos previos, liberando al Estado de la nefasta influencia de la Iglesia católica, incompatible con la emancipación moral de la población. Pero más allá de esto, el 13 de abril se constituye la Federación de Artistas de París, en una asamblea celebrada en el gran anfiteatro de la Escuela de Medicina, impulsada por el pintor Gustave Courbet, en la que participaron más de cuatrocientas personas:
Los artistas de París que se adhieren a los principios de la República comunal se constituyen en federación.
Este encuentro de todas las inteligencias artísticas se basará en:
La libre expansión del arte, libre de toda tutela gubernamental y todos los privilegios.
Igualdad de derechos entre todos los miembros de la federación.
La independencia y la dignidad de cada artista se ponen bajo la protección de todos mediante la creación de un comité elegido por sufragio universal de los artistas. Este comité fortalece los lazos de solidaridad y logra la unidad de acción
(…)
El comité está compuesto por 47 miembros que representan a las distintas facultades, a saber: 16 pintores, 10 escultores, 5 arquitectos, 6 grabadores, 10 miembros que representan el arte decorativo, impropiamente llamado arte industrial[1].
En consonancia con la orientación general de la Comuna, se establece un funcionamiento plenamente democrático en el interior de la federación…
Los miembros del comité son elegidos por un año (…) Los miembros salientes no podrán ser reelegidos sino al cabo de un año de intervalo. El derecho de revocación puede ejercerse contra un miembro que no cumpla su mandato (…).
…también por su implicación social…
Este gobierno del mundo de las artes por los artistas tiene como misión:
– La conservación de los tesoros del pasado;
– La implementación y el realce de todos los elementos del presente;
– La regeneración del futuro a través de la enseñanza.
…que incluye asimismo la difusión a la clase trabajadora y los sectores populares, así como la recepción de sus aportaciones…
creará un órgano de difusión titulado: Officiel des arts (…) Progresista, independiente, digno y sincero, el Officiel des arts será la constatación más seria de nuestra regeneración (…) El comité invita a todos los ciudadanos a comunicarle toda propuesta, proyecto, informe, opinión que tenga por objetivo el progreso en el arte, la emancipación moral o intelectual de los artistas o la mejora material de su suerte. Dará cuenta de ello a la Comuna y prestará su apoyo moral y su colaboración a todo lo que esta juzgue factible. Llama a la opinión pública a ratificar todas las tentativas de progreso, dando a estas propuestas la publicidad del Officiel des arts.
…con pleno compromiso para la causa de la Comuna[2]:
Por último, por la palabra, la pluma, el lápiz, por la reproducción popular de las obras maestras y a través de la imagen inteligente y moralizante que podamos difundir con profusión y exponer en los ayuntamientos de las comunas más humildes de Francia, el comité contribuirá a nuestra regeneración, a la inauguración del lujo comunal, a nuestros esplendores futuros y a la República universal.
Sesenta y siete años después Trotsky y André Breton elaboran el Manifiesto por un arte revolucionario independiente, que finalmente firman el propio Breton y Diego Rivera. El parentesco de este manifiesto con el de la Federación de artistas de la Comuna es muy estrecho, en la reivindicación del arte y su lugar social en la revolución, desde la plena libertad que define la propia noción de arte:
en consecuencia, el arte no puede someterse sin decaer a ninguna directiva externa y llenar dócilmente los marcos que algunos creen poder imponerle con fines pragmáticos extremadamente cortos. Vale más confiar en el don de prefiguración que constituye el patrimonio de todo artista auténtico, que implica un comienzo de superación (virtual) de las más graves contradicciones de su época y orienta el pensamiento de sus contemporáneos hacia la urgencia de la instauración de un orden nuevo.
Se verifica así, también en este terreno, la conexión con la Comuna de la mejor tradición de la Revolución rusa y sus principales dirigentes, en este caso Trotsky y en el campo del arte.
En un contexto tan complejo como el que caracteriza la toma del poder por parte de la Comuna, fuertemente lastrado por la guerra y el sitio de la ciudad, mencionar estas cuestiones situadas en el campo de la cultura y el arte no es anecdótico. Revela la firme voluntad liberadora de la Comuna que, sin duda, parte de la plena cobertura de todas las necesidades materiales del conjunto la población. Pero que no se queda ahí, sino que desarrolla un funcionamiento tan democrático que incluye como referencia garantizar el acceso de la clase trabajadora y el conjunto de los sectores populares a los elementos que hacen posible una vida plena y por tanto también el arte y la cultura.
[1] Todas las citas proceden del Journel officiel, el Diario oficial de la Comuna.
[2] En una reunión preparatoria el día 10, se había planteado: “ (…) Considerando que el interés de la corporación artística demanda que sus elementos sean reunidos en un mismo agrupamiento desde el punto de vista artístico, social y militar (… )”. Queda clara su conciencia acerca del conflicto en curso y la necesidad de participar en la defensa militar de la Comuna.
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