Ya no quedan caretas, Gobierno de la guerra
La movilización tiene que salir adelante si queremos luchar por las reivindicaciones, no hay defensa de las conquistas sin el «¡No al aumento del gasto militar! ¡No a la guerra!» que siempre ha defendido el movimiento obrero.
Casi dos años después de la ofensiva del Estado de Israel en Gaza y la continuidad de las movilizaciones contra el genocidio a nivel internacional, el Gobierno español se sitúa como uno de los Gobiernos más favorables al pueblo palestino.
La serie de declaraciones sobre el apoyo a la creación de un Estado Palestino y la cautela a nivel represivo con el movimiento por Palestina en comparación con otros países europeos, hace que el Gobierno aparente una imagen diferente a sus homólogos en Francia o Alemania.
Nada que ver con los Gobiernos de Sudáfrica, Colombia o Bolivia, los cuales han roto relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, y en el caso de Sudáfrica han llevado a la Corte Internacional (sin éxito) al genocida Netanyahu.
Hace unos días, en un contexto donde la movilización en apoyo a Palestina está más apagada que nunca, saltaba la noticia de que la Jefatura de Asuntos Económicos de la Guardia Civil iba a efectuar un contrato con la empresa israelí Guardian Defense & Homeland Security S.A.
Tras hacerse pública esta noticia y tras las presiones recibidas, el Gobierno decidió rescindir este contrato, cosa que no ha sido ejecutada por el momento, ya que según comunican «los técnicos siguen buscando soluciones para cancelar el contrato». La rescisión del contrato supondría ejecutar el pago a la empresa israelí sin recibir el material a cambio.
A raíz de esta noticia, se ha publicado información de que el Gobierno ha cerrado al menos 31 contratos de compra de armamento a Israel desde octubre de 2023 hasta la actualidad. En octubre de 2024 el Gobierno dijo que suspendería las compras y ventas de armamento al Estado de Israel, promesa incumplida por el Gobierno, ya que desde entonces se han adjudicado 10 contratos y otros 10 más han sido formalizados.
Todo esto estalla un día después de que el presidente Pedro Sánchez anunciara la subida al 2% del PIB del gasto militar, acatando las exigencias de la OTAN. La implicación de nuestro Gobierno con el genocidio en Palestina y el rearme masivo para potenciar la industria militar es todo lo contrario al progreso.
La juventud trabajadora hemos nacido en crisis y seguimos viviendo en ella. Las problemáticas principales han sido olvidadas y en pocas semanas se invierten 10.471 millones más en defensa, sin pestañear. «Es fundamental que cumplamos los objetivos de inversión que nos exigen nuestros socios», dice Sánchez. Porque cumplir las necesidades de inversión que necesita la mayoría de la ciudadanía no es fundamental, ¿no?
Ante esto, vemos un cierre de filas total de las direcciones de las organizaciones obreras, salvo alguna declaración de intenciones de IU o una posición más contundente de Podemos.
La movilización tiene que salir adelante si queremos luchar por las reivindicaciones, no hay defensa de las conquistas sin el «¡No al aumento del gasto militar! ¡No a la guerra!» que siempre ha defendido el movimiento obrero.
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