Sobre el plan de recortes presentado por el gobierno francés

A principios de verano se instala un clima nauseabundo: en las altas esferas del Estado. Se está tocando una pequeña melodía, que consiste en aumentar, de forma suave pero segura, la presión para preparar a la opinión pública para el «esfuerzo de guerra».

El primer ministro de Francia – que tiene, según las encuestas, un 14% de popularidad- acaba de anunciar las líneas generales del presupuesto que va a proponer a la Asamblea Nacional, que incluye un brutal plan de recortes de 44.000 millones de euros, que afecta a diversas partidas sociales, pero no al gasto militar, que se ha duplicado bajo la presidencia de Macron.
Recordemos que Bayruou, en minoría en el parlamento, se sostiene sólo porque el Partido Socialista y la extrema derecha del RN se han negado a votar las mociones de censura presentadas por la Francia Insumisa. Ahora, la constitución antidemocrática de la V República francesa le permitiría aprobar su proyecto de presupuesto a menos que sea destituido por una nueva moción de censura, que ya ha anunciado la Francia Insumisa. Por su parte, Marine Le Pen ha declarado que «si François Bayrou no revisa su propuesta, le censuraremos». Le Pen ha deplorado que no haya «ninguna economía sobre el coste de la inmigración y las subvenciones a las energías renovables» (la referencia a la inmigración recuerda que, para imponer recortes tan graves, hace falta introducir la división de la clase trabajadora, buscando un chivo expiatorio)
Lo que sucede en Francia ilustra cómo la marcha hacia la guerra se acompaña de la guerra social. Por tanto, interesa a los militantes de toda Europa. Reproducimos un artículo sobre esta cuestión del periódico Informations Ouvrières, así como una declaración del Partido Obrero Independiente de Francia.
Leído en Informations ouvrières n.º 867
Macron y Bayrou anuncian un plan de guerra contra la cl
A principios de verano se instala un clima nauseabundo: en las altas esferas del Estado. Se está tocando una pequeña melodía, que consiste en aumentar, de forma suave pero segura, la presión para preparar a la opinión pública para el «esfuerzo de guerra».
El pasado jueves (10 de julio), Francia y el Reino Unido reforzaron la «coordinación» de sus fuerzas nucleares. Al día siguiente, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, en una iniciativa poco habitual, celebró una rueda de prensa en la que, por una vez, detalló las amenazas militares que se ciernen sobre el territorio. Dos días más tarde, en vísperas del 14 de julio, el jefe del Estado, con tono grave, hizo un llamamiento a toda la nación al «esfuerzo de guerra». El martes 15 de julio, el primer ministro anunció las grandes directrices para el presupuesto de 2026.
Pierre Valdemienne
Al mismo tiempo, varios presentadores de televisión participaron en una simulación de operación con el GIGN1, y los jefes de Regimiento pedían a sus suboficiales que se «convirtieran» en influencers con uniforme de faena en las redes sociales. En Europa, después de Noruega y Suecia, Dinamarca, que ha retrasado la edad legal de jubilación a los 70 años para financiar el «esfuerzo de guerra», acaba de introducir el servicio militar obligatorio para las mujeres.2
En Francia, son los jóvenes los que están especialmente en el punto de mira del Ejecutivo: «Debemos acelerar los esfuerzos en nuestra reserva. Debemos dar a los jóvenes un nuevo marco para servir», afirmó Emmanuel Macron, que precisará las medidas en otoño.
El guion está bien ensayado: para llevar a cabo el «cambio social», los ataques y las contrarreformas ya iniciadas metódicamente, Macron lo apuesta todo al «esfuerzo de guerra», que se supone que debe ser financiado como nunca, en detrimento del «gasto social».
«BOLSA: PRIMER SEMESTRE POR TODO LO ALTO PARA LOS BANCOS EUROPEOS» (LES ÉCHOS, 9 DE JULIO)
Mientras anuncia su intención de destinar 64.000 millones de euros en 2027 a gastos de guerra, los incendios queman cientos de hectáreas a principios de verano, como ocurrió en el departamento de Aude hace dos semanas, por falta de medios materiales y humanos para hacerles frente. Los servicios de urgencias cierran o se restringen este verano por falta de camas y personal para atender a los pacientes: por ejemplo, las urgencias nocturnas de varias ciudades bretonas solo serán accesibles llamando al 153 hasta el 1 de octubre debido a la «falta de personal médico».
Al mismo tiempo, el miércoles 9 de julio, el periódico patronal Les Échos titulaba en portada: «Bolsa: primer semestre por todo lo alto para los bancos europeos», con un aumento del índice europeo Stoxx 600 de +29 % en seis meses4. «Es algo nunca visto en el siglo XXI», añade el diario.
«BIG BANG SOCIAL»
Esta situación de desertización-liquidación de los servicios públicos organizada por el Gobierno es precisamente lo que el Ejecutivo quiere generalizar y amplificar con su plan de guerra contra la clase obrera y la población trabajadora, contenido en el proyecto de presupuesto para 2026 anunciado este martes 15 de julio por François Bayrou. Es lo que el periódico La Tribune Dimanche (13 de julio) denomina «un big bang social». Una auténtica convulsión, para la que «el Gobierno tiene que contar con los sindicatos y la patronal».
Entre las medidas antiobreras anunciadas se encuentra la revisión de la deducción del 10 % para los jubilados5. En este ámbito, como en otros, el Gobierno también busca la colaboración de los sindicatos: «Políticamente, el inquilino de Matignon sabe lo reticentes que son los parlamentarios a la hora de gravar a estos votantes, pero, para convencerlos, su estrategia consiste en apoyarse en el compromiso que los sindicatos y la patronal han alcanzado al respecto. Durante las discusiones del cónclave sobre las pensiones, estos últimos llegaron a un acuerdo sobre la necesidad de pedir un esfuerzo a los pensionistas más ricos». ¿Lo harán?
MITIN INTERNACIONAL CONTRA LA GUERRA, DOMINGO 5 DE OCTUBRE EN PARÍS
Como medida preventiva, y consciente de que existe un riesgo real de quedarse sin mayoría en la Asamblea, Emmanuel Macron ha amenazado a la oposición que pudiera estar tentada de censurar al Gobierno durante el examen del presupuesto en otoño.
Porque sabe muy bien lo que le espera al Ejecutivo: la adopción de un presupuesto de guerra, de guerra social, es peligrosa, porque no es aceptable para la población. Macron y Bayrou sufren un amplio rechazo6. Apenas se planteó la vuelta del servicio militar obligatorio para los jóvenes, el segundo sindicato estudiantil, Union Étudiante, sacó un cartel titulado: «Ni carne de cañón ni carne de patrón: ¡dinero para la universidad, no para la guerra! ». Las manifestaciones contra el genocidio en Gaza que se celebran a principios de verano siguen siendo importantes.
Mientras el ejército israelí acaba de destruir cientos de pozos de agua, privando a más de 1,25 millones de palestinos del acceso al agua potable, un nuevo barco de la «Flotilla de la Libertad» zarpó anteayer del puerto de Siracusa, en Sicilia, con destino a Gaza, cargado de víveres y medicamentos, y con dos diputadas insumisas a bordo, Gabrielle Cathala y Emma Fourreau.
Tras el bloqueo de los envíos de armas por parte de los estibadores de Fos-sur-Mer el pasado mes de junio, esta vez son los portuarios y estibadores del Pireo, en Grecia, los que se niegan a descargar un barco que transporta setenta y cinco lotes de acero militar con destino a Israel.
En toda Europa, se alzan fuerzas contra la marcha hacia la guerra, una amplia fracción del movimiento obrero busca organizarse para impedirla. Una parte de ellas estará presente en el mitin internacional contra la guerra que se celebrará el 5 de octubre en París.
«No a la guerra y a los ataques contra las conquistas sociales»
Comunicado del POI del 15 de julio
Macron y Bayrou, rechazados por toda la población, y sin mayoría en la Asamblea, presentaron, uno tras otro, a mediados de julio, miles de millones adicionales para preparar la guerra y, como lo uno no va sin lo otro, un auténtico plan de guerra contra la clase obrera y la población trabajadora: Se anunciaron recortes por valor de 43.800 millones de euros en lo que se denomina «gastos sociales» para financiar, en particular, el «esfuerzo de guerra».
Entre las principales medidas contenidas en este «big bang social» figuran: supresión de 3.000 puestos de trabajo adicionales7, no sustitución de uno de cada tres funcionarios que se jubilan, supresión de las «agencias improductivas», reforma «en profundidad» de las afecciones de larga duración (ALD)8, mayor «eficiencia» exigida a los hospitales (traducción: agravamiento de la supresión de camas y puestos de trabajo), cuestionamiento de las indemnizaciones diarias (bajas por enfermedad), congelación de todas las prestaciones sociales, congelación de los salarios en la función pública, cuestionamiento de la deducción fiscal del 10% para los jubilados, supresión de dos días festivos (a priori, el lunes de Pascua y el 8 de mayo9), nueva contrarreforma del seguro de desempleo y del derecho laboral, cuestionamiento de la financiación de la Seguridad Social mediante cotizaciones, puesta en marcha a partir del otoño de «ordenanzas de simplificación» en las empresas…
Se trata de un auténtico programa de guerra contra la clase obrera y la población trabajadora. Mientras tanto, la patronal puede seguir embolsándose los cientos de miles de millones de ayudas públicas a las empresas: al menos 211.000 millones solo en 2023, según un informe de la comisión de investigación del Senado publicado la semana pasada. En resumen, cada segundo el Estado ofrece a los empresarios 6.690 euros. Por lo tanto, el anuncio de una indeterminada «contribución para los más ricos» —de la que no se conocen los detalles— no va a cambiar nada de este plan.
Mientras Macron y Bayrou declaran la guerra a la clase obrera y a la población trabajadora, los bancos europeos registran un aumento del 29% en el índice bursátil (Stoxx 600) en los últimos seis meses. «Algo nunca visto en el siglo XXI», precisa el diario patronal Les Échos (9 de julio).
Más que nunca, como recuerdan los firmantes del Llamamiento Europeo contra la Guerra:
- ¡NO A LA GUERRA Y A LOS ATAQUES CONTRA LAS CONQUISTAS SOCIALES!
- ¡NO A LOS PRESUPUESTOS DE GUERRA Y A LOS QUE LA FOMENTAN!
- ¡NO A LAS POLÍTICAS DE GUERRA, VENGAN DE DONDE VENGAN!
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1 El GIGN (Groupe d’Intervention de la Gendarmerie Nationale) es la unidad de élite de la Gendarmería Nacional francesa, especializada en operaciones antiterroristas, rescate de rehenes y otras situaciones de alto riesgo
2 También fue pionera en eliminar un festivo, y la primera ministra danesa, presidenta de turno ahora de la UE, ha declarado que “Está claramente definido que la seguridad es la prioridad absoluta”,
3 El número 15 se utiliza para contactar al SAMU (Service d’Aide Médicale Urgente), que es el servicio de emergencias médicas
4 El STOXX Europe 600 o STOXX 600 es un índice bursátil compuesto de las 600 principales compañías por capitalización bursátil europeas.
5 Se trata de una exención fiscal que permite a los pensionistas descontar de su base impositiva un 10% por gastos profesionales, como pueden hacer los trabajadores en activo.
6 Según las últimas encuestas de opinión, François Bayrou tiene un 14 % de opiniones favorables y Emmanuel Macron no está mucho mejor, con un descenso hasta el 22 %.
7 En la Función Pública
8 En Francia, una Affection de Longue Durée (ALD) o Enfermedad de Larga Duración, es una enfermedad grave o crónica que requiere tratamientos prolongados y costosos, y por la cual el sistema de salud francés asume la responsabilidad de los gastos médicos. Estas enfermedades dan derecho a una exoneración total del “ticket moderador”, que es el copago habitual de los gastos médicos
9 Fiesta que conmemora la victoria contra el nazismo,
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