Manifestación ante la embajada de los Estados Unidos
Se enfrentan al Genocidio conocido y tolerado por casi todos los gobiernos del mundo cuando Trump se ha puesto a la cabeza del mismo proponiendo la deportación masiva de los gazatíes,
“Esta embajada está ensangrentada” fue uno de los gritos más socorridos en la manifestación que el 30 de marzo, día de la Tierra palestina, arrancó delante de la embajada sionista para ir hasta la embajada de los Estados Unidos.
El pueblo palestino reivindica la tierra donde vivían, desde el río (Jordán) hasta el mar (Mediterráneo) como territorio histórico de Palestina.
En medio de ese territorio está el Estado de Israel, “que no es un país, es una ocupación”, es la ocupación colonial teocrática que busca expulsar a los pobladores palestinos. Lo cubren con el lema totalmente falso de que había una tierra sin pueblo y un pueblo sin tierra. Los palestinos no son exclusivistas, reclaman que se acabe el colonialismo y ahí puedan vivir con igualdad de derechos los ciudadanos de cualquier religión o sin ella.
Se enfrentan al Genocidio conocido y tolerado por casi todos los gobiernos del mundo cuando Trump se ha puesto a la cabeza del mismo proponiendo la deportación masiva de los gazatíes, una de las deportaciones más siniestras intentadas en la historia. Cuando ya van 150.000 asesinados, Trump promete “el peor infierno” si no se van “voluntariamente. El ejército se ha puesto a ocupar Gaza.
“No es terrorismo, es resistencia”: la manifestación reivindicó la tenaz resistencia del pueblo palestino, tildada de terrorismo por muchos políticos imperialistas. Hoy la inquisición trumpista somete las universidades de su país al exterminio de quienquiera defienda el derecho del pueblo palestino a vivir libremente en su tierra. Aquí las teles intoxican: al dar una hoja a un abuelo que veía la manifestación, pregunta: ¿van a soltar los rehenes? Respuesta: “está concretado qué día sueltan a los que quedan, está todo pactado, pero esto está parado porque Israel ha reventado la tregua pactada atacando a la población palestina”. Otra respuesta sería: ¿Cuándo sueltan a los miles de secuestrados por el ejército israelí que pasan años en la cárcel sin juicio o con un juicio amañado?
La manifestación comprometió la continuidad de la defensa de Palestina, exigiendo al Gobierno que rompa todas las relaciones con el Estado sionista. En particular los envíos de armas.
Durante más de un año ciudadanos, organizaciones y hasta diputados gubernamentales han exigido que se paren las exportaciones de armas a Israel. Las respuestas de Sánchez han sido parciales, ha dado la palabra a la ministra de Defensa, que es la que autoriza esos envíos, nunca ha habido claridad. Ahora, Trump reclama que los gobiernos apoyen a Israel, y esta vez al fin el Gobierno ha publicado un informe de todos los envíos de armas que desde España han alimentado el genocidio.
Muchos defensores de Palestina en Madrid estaban hartos de que al convocarse una manifestación por Palestina, venía otro colectivo y convocaba otra antes para pisarla. Esto no ha sucedido en este caso, hay que felicitarse.
Pero ha habido un ataque peor. A última hora se convocó para la víspera, el día 29, una manifestación supuestamente por Palestina pero que decía “ni terroristas ni sionistas”. ¿Quiénes son los terroristas? Según muchos medios de comunicación españoles, según Trump, el PP y Vox, “terroristas” son… ¡los palestinos! Es una trampa tendida a los trabajadores y sindicalistas que han ido a manifestarse por Palestina. Es una siniestra provocación que participasen ahí los dos principales sindicatos. Muchos afiliados esperan que los sindicatos convoquen, y ahora estos dirigentes han caído en participar en esta provocación antipalestina. Esto exige que los afiliados y los responsables sindicales a todos los niveles intervengan para que los sindicatos ocupen el lugar que corresponde a la clase obrera organizada, al lado de los pueblos perseguidos del mundo, en primer lugar al lado de Palestina y sus organizaciones.
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