El gran rearme

El Gobierno ha comprometido como objetivo con la OTAN enrolar a 14.000 hombres y mujeres más de aquí a 2035 en las Fuerzas Armadas, que fueron creadas por los generales rebeldes en 1936 después de la disolución del Ejército del Gobierno republicano y cuentan hoy con 120.000 miembros. Esto entra dentro del máximo legal establecido ya.
En los medios de comunicación aparecen de vez en cuando noticias sobre nuevos desarrollos del armamento, las bases, las unidades de combate o su intervención, en España o en otras partes. Si el Gobierno quisiese, los informativos estarían saturados de noticias militares. Pero el Gobierno y el Alto Estado Mayor quieren evitar que la población se alarme de lo que están haciendo con nuestro dinero.
Recojamos algunos recortes de prensa para esbozar el panorama del siniestro rearme. Hablan de aumentar el gasto en guerra un 5%, o según se mire un 3,5%. Son cantidades inconmensurables que solo significan que cada Gobierno volcará una morterada en medios para la guerra, y cuando los fabricantes de armas USA pidan más compras, cada Gobierno tendrá que añadir más pedidos, sin límite.
El Gobierno ha comprometido como objetivo con la OTAN enrolar a 14.000 hombres y mujeres más de aquí a 2035 en las Fuerzas Armadas, que fueron creadas por los generales rebeldes en 1936 después de la disolución del Ejército del Gobierno republicano y cuentan hoy con 120.000 miembros. Esto entra dentro del máximo legal establecido ya.
En 2023 España por primera vez ha importado más equipos y sistemas de armas (37.853 millones) que exportado, porque destinan más dinero del Estado y particulares a gastos parasitarios como los militares. Ha importado más sobre todo de Alemania y Francia, de los programas de producción conjuntos. Importó el 5% de los Estados Unidos. Israel es el noveno suministrador de armas, pero el Gobierno acaba de suspender la importación de nuevos programas, manteniendo los existentes.
El Gobierno ha autorizado, en vísperas de la cumbre de la OTAN, aumentar en 2025 un mínimo de 7.000 millones los presupuestos ligados a Defensa, sin pasar por el Congreso. El jefe de la OTAN entiende que esto aumentará un 5% el gasto en Defensa; el Gobierno y los militares, que será el 2,1%. Lo pactado es que aumentará lo que haga falta.
Estamos en la onda de Trump, que ha dado prioridad total a los presupuestos de «defensa» y ha eliminado la USAID, la mayor agencia para el desarrollo mundial. Según la Agencia para el Desarrollo Global Trump, con su retirada de ayuda, ha provocado 3.828 muertes diarias por sida, 428 por malaria y 354 por tuberculosis, y 1.524 por fallecimientos por ausencia de ayuda humanitaria.
Los principales Estados europeos, que aportan el 25% de los planes de ayuda al desarrollo mundial, están recortando esa ayuda. La ONU prevé un recorte del 20%: «No estamos invirtiendo en una amenaza existente, como la crisis climática, pero sí en armas, que es un completo contrasentido».
El caso de España es más claro que el agua.
Pasar de un 1,3 % del PIB en Defensa al 2% es invertir 10.500 millones más. Con ese dinero se podría cumplir el objetivo del 0,7% en ayudas al desarrollo, mientras se está en un 0,25 de ayudas a otros países. Nunca ha llegado al 0,7%.
El FMI, que pretende vivir en un mundo de hadas, dice que el PIB de cada país debe crecer por arte de encantamiento un 50% para que los 80.000 millones gastados en guerra por España –en lugar de los 33.000 actuales– no suponga sacrificios en otras partidas. En lo discutido en la cumbre de la OTAN sobre el supuesto 5% de gasto en Defensa se juega la existencia de muchos Estados y a eso iban dirigidas las amenazas de Trump a Sánchez: no tolera que los Gobiernos defiendan las bases de subsistencia de cada país. Y tampoco tolera no controlar la política de cada país.
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