Ante la oleada de incendios que devora bosques y propiedades

Publicado el por Redacción de Información Obrera

Categoría: Actualidad política

Los sindicatos llevan años denunciando la precariedad laboral de brigadas forestales y bomberos, reclamando plantillas estables, formación y medios adecuados. Han organizado huelgas y protestas que han sido ignoradas por los gobiernos, pese a que advertían que la falta de inversión convertía los montes en un desastre anunciado.

Como ya sucedió con la DANA de Valencia, la nueva oleada de incendios pone en cuestión la incompetencia y desastre de la Monarquía de las autonomias, de las fuerzas políticas que se someten, y, en última instancia, la anarquia destructiva del sistema capitalista y su política de guerra;

1. No puede bastar con aludir al cambio climático. Sin duda, las temperaturas suben y esto se sabe y se repite. Pero este hecho no puede ocultar que no se buscan los medios para combatirlo. Se utiliza como una burda manera de eludir la responsabilidad de los poderes públicos y del carácter destructor de la naturaleza del sistema capitalista.

Pero no nos perdamos en generalidades, vamos a la realidad concreta o, como minimo, lo que se evidencia de este “desastre anunciado”.

2.- La masa forestal en España representa el 36% de la superficie, con un aumento considerable en los últimos 20 años -se calcula un 20% como producto directo de la aplicación de la PAC de la Unión Europea. Prácticamente toda la agricultura y ganadería de montaña han desaparecido, porque no son rentables según los criterios del mercado “libre y no falseado” de la UE. Incluso unos dos millones de hectáreas de tierras cerealistas están en barbecho (según el ministro de Agricultura Planas) a causa de las cuotas de la PAC.

3.- Según los estudios oficiales, publicados por la prensa económica, un tercio de la masa forestal no está cuidada, es pura dinamita. Otro tercio está más o menos cuidado por los ayuntamientos con sus débiles medios (teniendo en cuenta que en la Monarquia de las autonomías los ayuntamientos están sometidos a un brutal estrangulamiento financiero, aunque hay unos pocos que son muy ricos, la media de recursos, por ejemplo, es la mitad que en Francia). Otro tercio está cuidado por el Estado o por las regiones, por ser reservas naturales, por los árboles, el cultivo…

4. A ello se suma a la despoblación, que no es un fenómeno “natural” sino que la agroindustria y la ganadería industrial concentran la población en las ciudades grandes o pequeñas, la producción intensiva se realiza en grandes propiedades (aunque no hay un estudio completo, es posible que la propiedad esté más concentrada que en los años 1930, aunque ahora los propietarios son los bancos, los fondos de inversión, las grandes distribuidoras…) Lo mismo ocurre con la ganaderia; con excepciones: la mayoría de la producción del cerdo, por ejemplo, se hace en granjas industriales, muy contaminantes, por cierto, y, además, con una mano de obra sobreexplotada en los dos casos; mucha de ella inmigrante, a veces sin papeles, y siempre mal pagada.

Los propietarios españoles o los monopolios exportan la mayoría de la producción de frutas, verduras legumbres, carne cerdo…Insistimos, se trata de un tipo de producción que destruye la naturaleza y que dejó abandonados los bosques (los rebaños de cabras y ovejas que pastaban en las arboledas y limpiaban el terreno han casi desaparecido, sin que hayan sido sustituidos por otras políticas de limpieza de los bosques).

Tampoco se han puesto medios para explotar la biomasa producida en los bosques, que es equivalente como media a diez millones de toneladas de petróleo. Diversas empresas explotan una parte mínima de esta biomasa (que supone un 1% de la producción de energia). Para las multinacionales de la energía, es más rentable importar petróleo en el mercado mundial y especular que invertir en la biomasa. España importa unos 65 millones de toneladas de petróleo.

5.- Las regiones más afectadas: Extremadura, Galicia, Asturias, Castilla y León y su equivalente fronterizo en Portugal- son, sin duda, las más afectadas por esta politica. Además coincide que están gobernadas por el PP, muchas de ellas desde hace décadas, aunque esto no cambia cualitativamente.

La competencia de la prevención de los incendios está trasladada a los gobiernos regionales, que, además, están infrafinanciados. Los partidos soberanistas exigen más competencias en el marco de este régimen, y el resultado es el mismo o peor (ver artículo sobre los incendios en Catalunya, en Información Obrera nº 405).

Como señala un comunicado de UGT, “Cada autonomia es un “reino de Taifas”, donde dependiendo del color político o la ideología, nuestras condiciones laborales van de lo menos malo, a lo peor de lo peor”.

Esto no quiere decir que el gobierno central no sea responsable, ya que-como ya vimos en el caso de la DANA- es incapaz de coordinar eficazmente los diferentes medios. Se descubre ahora que el fuego no respeta las fronteras autonómicas.

Los dos partidos principales del régimen se enzarzan en la habitual pelea del “y tú más”, que sólo provoca el hastio y el rechazo de la población, y que lleva agua al molino de la ultraderecha.

Frente a ello, tanto desde el ABC como El País y La Vanguardia, se pide un pacto de Estado. O sea, cómo ponerse todas las instituciones de acuerdo para protegerse ante la indignación de la población.

6.- Sin prácticamente ninguna prevención, por lo dicho anteriormente, todo se juega en los medios para sofocar los incendios (a propósito, son los mismos fenómenos en toda Europa, en Francia, Italia, Grecia, Portugal… Realmente hay una Unión Europea del desastre y la destrucción: Por ejemplo, Francia tiene 12 aviones Canadair antiincendios y 234 aviones Rafale de combate)

Según el gobierno central, éste aumentó en un 16% los medios de prevención y en un 29% los medios de respuesta inmediata (aunque las cifras son confidenciales, se dice que España tiene el doble de Canadair que Francia, aunque también hay que recordar que la superficie en peligro es más del doble)

Pero lo que es cierto que, globalmente, se ha reducido a la mitad el presupuesto de prevención e intervención contra los incendios desde 2010, a causa de la crisis financiera.

El presupuesto de armamentos (de “defensa”) se ha más que doblado en 12 años, y se ha reducido a la mitad el de prevención de incendios… ¿Dónde está la seguridad del país?

7.- Los diferentes cuerpos de bomberos están mal, sin formación. Muy mal pagados. Llueven las quejas y huelgas desde hace años, pero nada se ha hecho. Es más, las Leyes de agentes forestales, aprobadas desde hace años, no se cumplen, según ha manifestado el propio ministro Puente (que acusa a las regiones de ello).

Los sindicatos llevan años denunciando la precariedad laboral de brigadas forestales y bomberos, reclamando plantillas estables, formación y medios adecuados. Han organizado huelgas y protestas que han sido ignoradas por los gobiernos, pese a que advertían que la falta de inversión convertía los montes en un desastre anunciado.

A pesar de ello, la intervención de los bomberos es ejemplar, así como la acción de poblaciones enteras, según llegan testimonios. Como en Valencia, ante la falta de Estado y servicios públicos, las poblaciones toman los asuntos en sus manos.

8.- La lucha para defender el territorio y los bienes de miles de personas contra los incendios, se enfrenta (como sucede con las pensiones) a la política de guerra, a la anarquía del Estado de las Autonomías, que nada tiene que ver con la soberanía de los pueblos. Se enfrenta, por tanto, a la Monarquía parasitaria, a los gobiernos que se someten, y abre la vía a la lucha por una representación politica que ponga por delante los intereses de la población frente a los dictados de la OTAN y la UE, una representación politica fiel a los intereses de la mayoría, construida, por tanto, en ruptura con el sistema, en la lucha por un régimen que defienda el medio ambiente, la producción y la población, es decir, la República.

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