Una exigencia compartida por los trabajadores
Si hay una exigencia compartida por la inmensa mayoría de los trabajadores, activos, desocupados o pensionistas, es la derogación de las reformas laborales. Es decir, la de Rajoy, en 2012, y la que le abrió la vía, la de Zapatero en mayo de 2010. Recordemos que ya la reforma de Zapatero fue considerada como una dura agresión por los entonces dirigentes de CCOO y UGT, que organizaron contra ella la jornada de huelga general del 29 de septiembre del mismo 2010. Ni que decir tiene que la reforma de Rajoy conoció la misma oposición. Y esta reivindicación ha quedado grabada no solo en las bases de los sindicatos sino también en el sentir colectivo de la clase obrera.
Además, existe una relación directa entre la exigencia de derogación y la defensa del sistema público de pensiones. En efecto, la degradación de las condiciones de trabajo, el aumento de la precariedad y la flexibilidad al servicio de los empresarios, la bajada constante de los salarios, han afectado directamente a la salud de la caja de las pensiones. No es por casualidad que, en las movilizaciones de pensionistas, presididas hoy por la exigencia de la auditoría, también se plantea como reivindicación.
Hace tres años, el 1 de junio de 2018, se formó el primer gobierno Sánchez. En enero del año pasado se formó el actual gobierno de coalición. En los dos casos la promesa de derogación estaba en los acuerdos de gobierno. Y todo este tiempo ha habido mayoría en Cortes suficiente para cumplir el compromiso derogándolas.
En el Congreso del PSOE celebrado los días 13, 14 y 15 de octubre, sin que ninguna resolución fuera votada al respecto, en el discurso de cierre Pedro Sánchez se comprometió de nuevo a derogar la reforma de Rajoy. En el Congreso de CCOO que finalizó este sábado 23 lo más aplaudido fue la promesa de Yolanda Díaz al respecto.
¿Doble lenguaje?
El precio de la luz no detiene su subida, consecuencia también de la economía “verde” que nos publicitan. Y le siguen todos los precios en general. Cada día hay más fábricas que trabajan al ralentí a causa de la falta de piezas o por los altos costos de la energía, los grandes monopolios hacen y deshacen.
Por otro lado el “gobierno de los jueces” continúa con su actuación arbitraria esta semana, llegando hasta a imponer la retirada del acta a un diputado de Unidas Podemos, a lo que la presidenta de la Cámara se pliega, con la complacencia de la propia dirección de UP, en particular en la persona de Garzón. A pesar de ser condenado sin ninguna prueba en contra.
La mayoría asiste estupefacta a esta situación. Muchos ya no esperan nada del Gobierno.
Dos días después de su discurso, Pedro Sánchez decide que la ministra que va a pilotar la “reforma de la reforma laboral” sea Nadia Calviño. Precisamente ella, que ha declarado que comparte la posición de la CEOE y de la Comisión Europea, que se niegan a tocar la reforma laboral. Dos días después Pedro Sánchez coloca a Yolanda Díaz a la cabeza de la reforma. Y la gente está cada vez más harta del juego de “policía bueno y policía malo” de los dos componentes del gobierno.
En la práctica, el Gobierno ha paralizado de nuevo el procedimiento parlamentario para derogar la Ley Mordaza.
En todo caso, una convicción va ganando terreno: la única garantía de que se van a cumplir las promesas de derogación es ayudar a organizar la movilización unida en torno a estas reivindicaciones por los medios tradicionales de la lucha de clases, o sea, implicando a las organizaciones y dándole la espalda al llamado diálogo social que se enfrenta directamente a las reivindicaciones de los trabajadores.
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Comentarios
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Totalmente de acuerdo en el contenido y reflexión, quieren esclavizar a la clase obrera y a la ciudadanía en generar.
UNIDAD OBRERA RESISTENCIA
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