En Perú, un movimiento insurreccional se opone a la dictadura
No se puede calificar de otra manera al actual Gobierno impuesto por la fuerza con el único respaldo del ejército, la policía y, detrás de ellos, la embajada norteamericana. Como ha declarado el presidente de México López Obrador, en esta crisis y ante la brutal represión -casi todos los más de 60 muertos lo han sido por balas reales- ni la OEA, ni la ONU, ni la UE han dicho esta boca es mía. Está claro lo que son estas instituciones internacionales y al servicio de quién están.
Pero la represión toma un carácter masivo desde que el sábado 21 de enero la policía ocupó la Universidad de San Marcos, deteniendo a centenares de estudiantes. El Gobierno no ofrece más salida que la represión.
Incluso la maniobra de Dina Boluarte (la presidenta golpista) de intentar hacer aprobar un adelanto de las elecciones en octubre de este año ha fracasado. Los intereses cruzados de los diferentes grupos parlamentarios -que cada vez más se representan a ellos mismos- han impedido una salida pseudoparlamentaria.
El muy oficial Instituto de Estudios Peruanos informaba esta semana que el 69 % de la población exige la salida de Boluarte, la disolución del Congreso y la elección de un Asamblea Constituyente. Hay que recordar que la Constitución que rige en Perú es la promulgada por la dictadura de Fujimori (1990/2000). Constitución que no solo restringía las libertades sino que abrió plenamente el país al saqueo de la multinacionales: de Estados Unidos, de los países de la UE, en particular España, de Japón, de China… Perú es en proporción uno de los países más ricos en «minerales raros», como recordaba Laura Richardson (general en jefe del Comando Sur de los Estados Unidos), explicando en una declaración el 21 de junio cuáles eran los intereses de su Gobierno en la región.
La lucha por la centralización de las movilizaciones
Las diferentes regiones y provincias con sus frentes de defensa, asambleas populares, sindicatos y demás organizaciones populares, tienden a marchar sobre Lima. El martes 24 ha sido un momento de coincidencia de varias marchas, la universitaria y la de la CGTP.
Según la prensa de la oligarquía como Caretas y El Comercio, el verdadero peligro es que la CGTP asuma un lugar protagonista «pues tiene una estructura organizada» en todo el país, de norte a sur, de Lima al interior.
Es así que nuestros corresponsales en Perú, El Trabajo, en el marco del Acuerdo Internacional de los Trabajadores y los Pueblos, plantean la necesidad de «constituir un comando unitario que centralice y unifique todo el movimiento en combate».
Las reivindicaciones son comunes: libertad de los presos, entre ellos Pedro Castillo; abajo el estado de emergencia; ¡Asamblea Constituyente con todos los poderes ya! Junto con la exigencia de acabar con toda la «vieja clase política», ¡que se vayan todos!
29 de enero de 2023
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