Ni un euro para la guerra

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Categoría: Editorial

En el mismo momento en que el pueblo ucraniano sufre las consecuencias atroces de la guerra, en que los jóvenes soldados rusos y ucranianos mueren en un conflicto que solo beneficia a los oligarcas corruptos y a los grandes capitalistas especuladores de toda calaña y procedencia, hay quien además se frota las manos. Con un lenguaje cínico e hipócrita, las multinacionales multiplican los beneficios. Por ejemplo, en nuestro país, excedentario en la producción de aceite de girasol, el precio ha crecido un 30%, y es larga la lista de subidas de precios, que recaen sobre la población trabajadora de este país. 

Y, por si faltaba algo, el Gobierno quiere aprovechar la coyuntura para acelerar las medidas que el capital financiero exige. Desde la CEOE se habla de no aumentar los salarios y el Gobierno se hace eco con la necesidad de la “contención salarial”… y aprovecha también para intentar que se apruebe el segundo tramo de la Ley Escrivá contra las pensiones públicas. Y deja pasar el tiempo para intentar contener la avalancha de precios. 

En el momento en que publicamos este periódico está reunida la Cumbre Europea, a la vez que la OTAN en Bruselas. Gran novedad: el presidente americano participa, o sea “preside”, acabando con la ficción de una Unión Europea independiente de los Estados Unidos. Biden dicta las condiciones: comprad nuestro gas en detrimento del ruso, y nuestras armas, y que todos marchen al toque de silbato de la Administración americana, aun a expensas de las necesidades más elementales de las poblaciones europeas, gran parte de las cuales apenas alcanzan a sobrevivir. Lo cual evidentemente no embellece a Putin y su corte de oligarcas corruptos embarcados en una guerra atroz contra un pueblo hermano y contra el propio pueblo ruso. 

Pedro Sánchez anuncia un plan

Pedro Sánchez anuncia que presentará el “Plan nacional de respuesta a las consecuencias de la guerra” el 29 de marzo, o sea según las órdenes dictadas desde la Cumbre Europea con Biden. El título es falso: no solo hay que pagar las destrucciones de la guerra, sino el esfuerzo bélico de cada país, el rearme forzado por los Estados Unidos, la escalada de precios desatada por los especuladores. Eso es lo que el plan de Sánchez quiere que paguen los de siempre.

Frente a ello se levantan las exigencias de los pensionistas que rechazan el recorte de pensiones, los jóvenes, los empleados públicos.

La huelga de los enseñantes de Cataluña estos días y sus reivindicaciones pone en primer plano el rechazo al chantaje utilizado, que en nombre de la guerra ninguna reivindicación es posible. A esto se añade el hecho de que el gobierno Sánchez anuncie un aumento del 20% en el ya monstruoso gasto militar. 

Los sindicatos convocan este 23 de marzo movilizaciones contra la carestía de la vida. Es justo y más si es el primer paso para una movilización de conjunto por el alza de salarios, por su aumento en función del IPC real, y en defensa de todas las reivindicaciones, incluido acabar con los beneficios espectaculares de las eléctricas y por tanto su necesaria nacionalización. 

A ello es obligado añadir la situación trágica de muchos transportistas, o de los agricultores y ganaderos que llenaron las calles en la enorme manifestación de este fin de semana en Madrid, con reivindicaciones en lo esencial justas.

En nuestro país la oposición a la guerra, las masivas movilizaciones contra la entrada en la OTAN en los 80 y contra la guerra de Iraq en 2003 no han sido olvidadas. La necesidad de relanzarla se entronca con el movimiento que apunta en toda Europa, ligado a la defensa de los derechos. Por ello damos todo el apoyo a la Conferencia Obrera Europea de emergencia contra la guerra y la explotación.

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