Masiva marcha obrera y popular contra la carestía, la opresión y la represión
El domingo 4 de diciembre de 2022 se organizó en la ciudad de Rabat una gran marcha nacional obrera y popular bajo el lema “Todos contra la carestía, la opresión y la represión”. La marcha se organizó a partir del llamamiento del Frente Social, que incluye a varios cuadros políticos de izquierda, sindicales y de derechos humanos, para protestar contra la escandalosa subida de precios, la represión sistemática y la opresión social general que sufre el pueblo marroquí, y por la exigencia de “una retractación de las injustas medidas contenidas en el proyecto de ley de finanzas y la promulgación de medidas alternativas para aliviar la carga de los altos precios y la pobreza”, y “la reducción de los precios de los combustibles y la renacionalización de la empresa Samir con el objetivo de lograr la seguridad energética de nuestro país y devolver los fondos saqueados que el lobby de los hidrocarburos ha devorado”, y “para reducir los precios de los alimentos básicos y garantizar la seguridad alimentaria”, así como “por un diálogo social fructífero que conduzca a una respuesta a las reivindicaciones de las diferentes capas de la población activa marroquí, en particular un aumento respetable de los salarios”, y “para retirar todas las medidas regresivas”: Proyectos de ley sobre huelga, derecho sindical y procedimientos de liquidación de las jubilaciones”, “cese del trabajo por contrato e inclusión en la función pública de los profesores que han sido coaccionados” y “respeto de las libertades, en particular de la libertad sindical, de organización y de expresión, y liberación de todos los presos políticos”.
Marruecos vive tensiones laborales y populares debido a los altos precios, que han alcanzado niveles sin precedentes, que han mermado el poder adquisitivo de la clase trabajadora y de las masas populares en general, y agravado la pobreza, debido a la política de liberalización de precios adoptada por los sucesivos Gobiernos, al servicio de los intereses de las grandes empresas, y en aplicación de las recomendaciones de las instituciones financieras internacionales, a cambio del enriquecimiento continuo de la oligarquía que se ha beneficiado de esta política de liberalización, y de la ausencia de cualquier papel del Estado en el control y la fijación de los precios. Por el contrario, ha acumulado beneficios ficticios aprovechando su alianza con el poder, especialmente en el sector de los combustibles, donde los precios han seguido subiendo sin responsabilidad ni control, a pesar de que los informes oficiales reconocen que ha acumulado fraudulentamente beneficios ficticios.
En lugar de proteger el poder adquisitivo de la mayoría de la población, el Gobierno, que ha hipotecado la soberanía de la nación a las órdenes y dictados de las instituciones financieras internacionales, después de haberla hundido en la deuda externa, insiste en continuar su política de empobrecimiento preparándose para suprimir las subvenciones al gas y a otros bienes de consumo subvencionados, y liquidar el fondo de compensación, fomentando ilusiones sobre los subsidios guiados y el registro social unificado, que no es más que una de las recetas del Fondo Monetario Internacional para acabar con las políticas de subsidio de precios, y cuyas experiencias internacionales han dejado más pobres. Esto se produce en un momento en el que continúa la serie de congelaciones salariales, y el Gobierno rechaza la escala móvil de salarios y cualquier aumento salarial, lo que se refleja en el proyecto de ley de finanzas, que se caracteriza por la austeridad en los presupuestos destinados a los servicios públicos, el empleo, los programas sociales, la inversión pública y la respuesta a las demandas sindicales y las aspiraciones populares, a cambio de la continuidad de los incentivos y las generosas exenciones fiscales para las grandes empresas, y la apuesta por los equilibrios macroeconómicos destinados a garantizar el rendimiento de los activos y los intereses de la deuda externa.
Corresponsal
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