Una prioridad absoluta: la lucha contra el rearme

Publicado el por Redacción de Información Obrera

Categorías: Actualidad Internacional, Editorial

La OTAN y la UE tienen funciones complementarias, coherentes y sinérgicas a la hora de apoyar la paz y la seguridad internacionales». En esta línea, el Consejo Europeo reunido el 26 y 27 ratifica los dictados de Trump.

Manifestacion en La Haya del 22 de junio contra la cumbre de la OTAN

La Cumbre de la OTAN del 24 y 25 de junio ha ratificado la imposición de Trump y el imperialismo norteamericano de aumentar el presupuesto militar hasta un 5% del PIB, es decir, 800.000 millones de euros, como había calculado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Comisión Europea que –a pesar de las ilusiones de algunos- actúa en simbiosis con la OTAN, comparte y aplica las decisiones de la organización militar dirigida por los Estados Unidos.
Recordemos cómo el 10 de enero de 2023, el Consejo de la Unión Europea publicaba una «Declaración conjunta sobre la cooperación UE-OTAN», en la que se afirmaba:
«La OTAN sigue siendo la base de la defensa colectiva de sus aliados y un componente esencial de la seguridad euroatlántica […]. La OTAN y la UE tienen funciones complementarias, coherentes y sinérgicas a la hora de apoyar la paz y la seguridad internacionales». En esta línea, el Consejo Europeo reunido el 26 y 27 ratifica los dictados de Trump.
En 2029, la OTAN debe realizar una evaluación de las medidas efectivas aplicadas por los diferentes países.
Pero una evidencia resalta: el cumplimiento de este dictado de Trump por parte de los diferentes gobiernos supondría una modificación cualitativa de las relaciones sociales y económicas del conjunto de países, una destrucción brutal de lo conquistado por los trabajadores y los pueblos (lo que los medios oficiales llaman el estado del bienestar: pensiones, sanidad, educación, infraestructuras públicas, industria al servicio de las necesidades sociales…). La historia demuestra que el rearme no lleva a la paz, sino a la guerra. Y la marcha hacia la guerra significa también un ataque generalizado a derechos y libertades y un aumento de la búsqueda de una cabeza de turco: las minorías y los emigrantes.


La posición del gobierno de coalición

Pedro Sánchez se ha convertido estos días en el blanco de los ataques de Trump, el malo de
su película. Sánchez, al mismo tiempo que firmaba el llamamiento final con el compromiso de llegar al 5%, afirmaba que el gobierno español no gastará más del 2,1% del PIB (lo cual está por ver, porque dice que cumplirá los objetivos marcados, pero que puede hacerlo con menos presupuesto). En todo caso, hay que apoyar cualquier medida que suponga resistirse al incremento del gasto militar, aunque un 2,1 % es casi doblar el gasto militar. Y al mismo tiempo Sánchez confirma el apoyo a una organización criminal como es la OTAN y mantiene las bases militares en España, retaguardia y apoyo logístico de las agresiones del imperialismo norteamericano, decía que gastar el 5% del PIB -300.000 millones hasta 2029- sería en detrimento de pensiones, sanidad, educación….

Sánchez se encuentra en un difícil dila. Desde el interior del PSOE, los partidarios de Felipe González dicen que no van a votar al PSOE porque la Ley de Amnistía -finalmente ratificada por el TC- supone una ruptura del pacto constitucional del 78. Desde el exterior, todo el aparato judicial y los cuerpos policiales están acosando al PSOE apoyándose, en algunos casos, en una evidencia: algunos de sus dirigentes son corruptos. El mismo aparato judicial y represivo que aún no ha logrado averiguar quién era un tal M. Rajoy que aparecía en los papeles de la trama corrupta de la Gürtel. En otros casos, todo parece indicar que se trata de casos de lawfare, como tantos que se han lanzado contra la izquierda. Acosado por el aparato de Estado heredado del franquismo, el gobierno no encuentra apoyos. Para los trabajadores y los pueblos, es evidente que siete años de gobierno no han significado avances significativos en reivindicaciones, y todo lo conseguido ha sido producto de la movilización.
La inmensa mayoría de la población está contra el rearme, contra las bases de la OTAN y la política de guerra, como se ha reflejado por activa y por pasiva, en particular en los congresos sindicales, en los que las resoluciones contra el aumento del gasto militar, donde han podido ser presentadas a votación, han alcanzado apoyos prácticamente unánimes.

Solo hay una salida

Nada justifica el 5%, excepto el comprar armas a Trump, porque lo de la «autonomía europea» de defensa no es más que un señuelo, no hay más seguridad que la satisfacción de la necesidades de la población. Poner en marcha un movimiento masivo contra el rearme, creando comités de Insumisas contra el Rearme y otras organizaciones y plataformas que plantean acabar con esta política es la mayor prioridad. Hay que aprovechar precisamente los elementos limitados de resistencia que el gobierno se ve obligado a levantar en una situación, además, en que la derecha y la extrema derecha aparecen como los partidos de Trump.
Todo punto de apoyo es válido para realizar la unidad en contra del rearme. Ni 5%, ni 2,1%. Ni 300.000 millones ni 120.000. Necesitamos ese dinero para gastos sociales, infraestructuras, viviendas…


¡Ni un céntimo, ni un arma, ni una vida para la guerra!

Redacción de Información Obrera

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *