Un laico en Semana Santa

Publicado el por Enrique Dargallo

Categoría: Laicismo

Hace 45 años que un ministro de la UCD se apresuraba a firmar un concordato con la Iglesia católica para dar continuidad al firmado por Franco en el año 1953 y que recogía todo tipo de privilegios como agradecimiento al alineamiento de la Iglesia con el golpe de Estado y la guerra, de la que era no solo acompañante sino que alentó crímenes y exigió el castigo para los que habían osado poner en duda los privilegios de los que gozaba en este país.

El concordato de 1979, es bueno recordarlo, se firmó inmediatamente después de entrar en vigor la Constitución del 78, y recoge una situación privilegiada en el terreno de la enseñanza, en materia fiscal, y en general le abre paso a una intervención directa en la vida pública. El ejemplo palmario de esto último es la Semana Santa.

Estos días todo el aparato mediático se dedica a ponernos delante un fervor católico completamente anacrónico e inexistente al calor de los recientes estudios que hace el CIS sobre las creencias de los españoles y, cómo no decirlo, por la ausencia evidente de feligreses en los centros de culto, y por la falta de vocaciones evidenciada en la cantidad de curas de otras latitudes que te encuentras en dichos centros.

Europa Laica denuncia que en estas celebraciones la Iglesia propone y el Gobierno indulta a seis presos cuyas penas son redimidas encabezando una procesión de un paso de Semana Santa. Los medios de comunicación no se han echo eco de nadie que proteste ni se haya manifestado ante la desigualdad jurídica que esto supone. De hecho el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, dice que la ley de amnistía pone “en entredicho la libertad, igualdad, solidaridad y seguridad jurídica”, vamos que consejos vendo que para mí no tengo.

Lo que pintan de tradición no es más que uno de sus grandes negocios. La Iglesia disfruta de un inmenso patrimonio en su mayoría fruto del espolio a particulares como consecuencia de su alineamiento con la dictadura y por siglos de dominación y sometimiento a los pueblos del Estado español, por no hablar de las inmatriculaciones. Pero además gracias al concordato goza de exenciones de impuestos como el IBI, sucesiones, donaciones y transmisiones patrimoniales, sociedades o donaciones y limosnas. Recordemos que Europa Laica señala que el Estado beneficia a la Iglesia con más de 13.000 millones de euros y en concreto por la enseñanza se lleva más de 5.000. Luego hablan de adoctrinamiento de la izquierda y censuran libros de texto cuando vemos segregación en la escuela privada y concertada, y desfiles de niños vestidos de militares o nazarenos en las procesiones.

Y ya nadie habla del informe del Defensor del Pueblo sobre los abusos en el ámbito de la Iglesia con resultados terroríficos, ni del informe que ellos mismos habían encargado a un bufete de abogados, ni de las indemnizaciones a las víctimas. Supongo que quieren que nos olvidemos.

Y para colmo estos días la prensa se hace eco de las penurias que pasan las monjitas en su convento y de que, como con los dulces que fabrican no les llega, han decidido alquilar dependencias del recinto para pisos turísticos y que una empresa externa les va a llevar el tema, y se quedan tan anchas. No especifican si estarán sujetas a alguna carga fiscal o si pagarán IVA y esas cosas mundanas. Olvidan que hay una casilla del IRPF que supuestamente sirve para hacer obras de caridad y atender el mantenimiento de la Iglesia católica, y que pagamos todos.

¿Hasta cuándo este panorama desolador? Sucesivos gobiernos de izquierda contemplan con pasmosa naturalidad una situación que coloca a los ciudadanos que defendemos la separación de la Iglesia y el Estado en una completa indefensión, que exigiría la derogación inmediata del concordato y una ley de libertad de conciencia. Ni el PSOE, ni Sumar, ni Podemos, ni Izquierda Unida, ni ningún partido dan pasos legales para avanzar en la laicidad, en la necesidad de que las creencias particulares se queden en el ámbito de lo particular. Sin embargo quieren que les votemos y nos echan la culpa si no lo hacemos.

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