Tribuna Libre sobre el levantamiento iraní
Declaración del “NAR, para la liberación comunista”, 24 de septiembre 2022
El asesinato estatal de la joven Mahsa Amini, de 22 años, por parte de la Policía de la Moralidad en Irán, mientras era llevada para su “reforma y educación” porque no llevaba el hiyab correctamente, ha provocado una explosión social que merece nuestra solidaridad internacional.
Desde hace días, miles de mujeres en Irán han liderado un levantamiento contra la opresiva Ley Islámica que se implantó después de que las fuerzas teocráticas se impusieran y las fuerzas comunistas fueran masacradas por ellas durante la revolución antimonárquica y antiimperialista de 1979 ( no es coincidencia que el actual presidente de Iran, Ibrahim Reishi fuera protagonista, como Fiscal Adjunto, de la ejecución en masa de prisioneros políticos (mayoritariamente comunistas) durante la masacre de 1988).
La quema de hijabs, la aparición pública sin ellos, el corte de pelo simbólico a vista de todos y la organización de grandes manifestaciones son valientes actos de emancipación del género femenino que demuestran una vez más que la causa de la emancipación y la liberación femenina lleva en sí misma elementos revolucionarios. El “levantamiento” empezó en las regiones kurdas de Irán (lugar de origen de Mahsa Amini) pero pronto se extendieron a Teheran y el sur iraní, adquiriendo esencialmente un carácter nacional. Junto con las mujeres, hombres y estudiantes también se movilizaron, mientras algunas huelgas sucedían en los centros de trabajo. En este sentido, el movimiento adquiere características pansociales y expresa una indignación social más amplia.
Es el derecho de las mujeres y de las personas en general a vestirse como quieran, a formar relaciones libremente, a tener derechos iguales en educación y en el trabajo. La opresión de las mujeres y la discriminación general de género son aspectos particulares del carácter opresivo y explotador más general de muchas sociedades, pero también tienen un carácter independiente y dinámico. Precisamente es la razón por la que siempre ha habido un movimiento autosuficiente de las mujeres. La posición de las mujeres sirve como criterio básico de la cultura de una sociedad. La posición de las mujeres en la sociedad no es todavía un asunto “secundario”, sino un indicador cualitativo clave por el caso de la emancipación social.Las mujeres iraníes que se rebelan hoy y los iraníes que las apoyan tienen toda la razón del mundo y merecen toda nuestra solidaridad.
Junto con la cuestión de la opresión de las mujeres, la indignación del pueblo en ascenso también se ve alimentada por la pobreza, el desempleo y una opresión más amplia, características que no son originales de la sociedad iraní pero que aparecen en ella con especial intensidad en los últimos años. Por supuesto, el embargo estadounidense que condena a millones de iraníes a la pobreza es el principal responsable de la situación económica de Irán, pero al mismo tiempo, la burguesía iraní, su personal político y el sacerdocio islámico son responsables de la existencia de un régimen opresivo y explotador.
La hipócrita indignación de EEUU-UE y de todos los gobiernos occidentales que supuestamente luchan por los derechos de las mujeres no puede ocultar sus aspiraciones de explotación y patrocinio político de la rebelión, de control político y económico de Irán, que ha sido su objetivo declarado durante décadas. Son los mismos regímenes que en muchos casos ilegalizan el aborto (EEUU, Polonia, etc.), mercantilizan el cuerpo femenino, mantienen las desigualdades en el sector laboral, quitan derechos a las madres, etc. Estos son los mismos estados (junto con Grecia) que no tienen ningún problema con la opresión aún peor de las mujeres en Arabia Saudí y las monarquías del Golfo. No hace falta decir que no nos identificamos en absoluto con las “lecciones culturales” de su propaganda estatal y mediática y sus más amplios afanes geopolíticos en torno a Irán. Especialmente el estado griego es tan “solidario” con las manifestaciones de mujeres iraníes que golpeó y lanzó gases lacrimógenos a las mujeres que protestaban en la embajada iraní en Atenas el pasado jueves. El Estado griego “apoya” los derechos de las mujeres en Irán mientras ofrece protección a los violadores y maltratadores de mujeres en Grecia. La hipocresía abunda…
El levantamiento de una gran parte de la sociedad iraní contra la opresión de las mujeres, la brutalidad policial, el totalitarismo del capitalismo moderno y la pobreza nos da la esperanza de que, a través de las guerras, los antagonismos intracapitalistas y las agudas rivalidades interestatales, ¡pueda surgir la voz de la mayoría social! Una voz que reclama libertad, dignidad e igualdad. Esta es la voz de la liberación social que estamos llamados a traer aquí también contra nuestro propio gobierno y nuestro propio estado, por los derechos de las mujeres en Grecia, por la cuestión social en Grecia. ¡Este será el mejor saludo y la más completa muestra de solidaridad con los insurgentes iraníes!
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