Salvar al Pueblo de Gaza. Alto al genocidio por hambre

Toda la población palestina, dentro de las fronteras del 48 (dos millones de palestinos con pasaporte israelí), en la Cisjordania ocupada, en los campos de refugiados del Líbano, Siria, Jordania, Egipto, la resistencia contra el genocidio se extiende por medio de la movilización en todos sus aspectos, superando el puro enfrentamiento militar.
La ONU acaba de declarar la situación de hambruna en Gaza, reconociendo que cientos de miles de gazatíes van a morir de hambre en las próximas semanas. El asesinato por hambre de niños y adultos se produce a la vista de todo el mundo, como resultado de decisiones políticas, cuando miles de camiones con ayuda alimentaria están detenidos en la frontera. El ejército sionista, de forma planificada, está hambreando la población para quebrar la resistencia de todo un pueblo.
Toda la población palestina, dentro de las fronteras del 48 (dos millones de palestinos con pasaporte israelí), en la Cisjordania ocupada, en los campos de refugiados del Líbano, Siria, Jordania, Egipto, la resistencia contra el genocidio se extiende por medio de la movilización en todos sus aspectos, superando el puro enfrentamiento militar. En el propio Israel, millones se han movilizado el pasado día 17, contra los nuevos pales de guerra, exigiendo un alto el fuego y la liberación de los rehenes. Una voz potente se levanta: Del río al mar en una Palestina unida en que todas las poblaciones, con todos sus derechos, puedan vivir en paz.
El imperialismo y su política
A ese movimiento, que se desarrolla en todo el mundo, sólo se opone la voluntad política del imperialismo de mantener a Israel como un ejército al servicio de sus intereses. Que no son los del pueblo judío, que aspira, como todos los pueblos a vivir en paz y democracia, como demostró el 17 de agosto en la Huelga general por la paz, contra Netanyahu y su política.
Netanyahu saca su fuerza de la política de Trump, pero también de la complicidad de los gobiernos europeos a diferentes niveles, de la UE que se niega a romper el Acuerdo de asociación con el estado sionista. Y también de la traición de una buena parte de los regímenes árabes y afines que utilizan la causa palestina como fondo de comercio.
Y de los principales gobiernos de los BRICS que siguen comerciando con Israel, mientras lamentan, con lágrimas de cocodrilo, la tragedia palestina Los pueblos del mundo están con Gaza. Frente a la mayoría de gobiernos –con honrosa y escasas excepciones- e instituciones internacionales desde Sídney a Manila, desde Nueva York a Roma, los pueblos del mundo se movilizan para salvar a Gaza, exigen el Alto el fuego, la retirada del ejército sionista, el fin de la colonización y el robo de tierras, la entrada de la ayuda humanitaria, la libertad de los más de 10.000 rehenes palestinos -y también, claro está, de los israelíes- en suma, el derecho del pueblo palestino a vivir en su tierra Sin embargo, salvo excepciones, una buena parte de las organizaciones políticas y sindicales que se reclaman del movimiento obrero dan la espalda o se contentan con declaraciones vacías. No es el caso de los estibadores de Marsella, de Suecia, del puerto de Génova, de muchas instancias sindicales, pero el movimiento obrero en su conjunto aún no está implicado.
Y, sin embargo, no se puede combatir por las reivindicaciones, por los salarios, las pensiones, los servicios públicos… sin defender hoy al pueblo palestino, sin decir ¡Alto a la guerra!, también en Ucrania, sin combatir contra las políticas de guerra, contra el envío de armas y el aumento de los gastos militares.
Apoyemos a la flotilla
Este 31 de agosto salen de Barcelona y Túnez cientos de barcos para romper el bloqueo, más de 30.000 voluntarios se han inscrito para participar. Brindemos todo el apoyo, el movimiento obrero debe implicarse. No basta con declaraciones, como hace el gobierno, o reconocer un Estado que se está convirtiendo en un cementerio. Ayudar a Gaza supone romper todas las relaciones con ISRAEL, económicas, diplomáticas, militares, culturales, deportivas… aislar a Israel, convertirlo en un
Estado paria como fue el apartheid sudafricano.
Deja una respuesta