¿Qué salida?

Publicado el por Redacción de Información Obrera

Categorías: Actualidad política, Editorial

Todo vale, sea lo que sea, hoy la UCO, ayer la mujer del presidente, su hermano… Mañana, ¿qué será?

El Gobierno aparece acorralado ante la ofensiva de las derechas, del aparato judicial y de buena parte de los medios de comunicación. Organizan un escándalo tras otro, buscando acabar con él. Todo vale, sea lo que sea, hoy la UCO, ayer la mujer del presidente, su hermano… Mañana, ¿qué será?
Sufre las consecuencias de su actuación anterior. Él mismo alentó o dejo hacer la persecución a los independentistas catalanes o el acoso judicial, mediático y en forma de escraches a Podemos.
Pero, por encima de todo, está la realidad social: un aumento de la riqueza en términos globales, junto a un empobrecimiento de la mayoría social. Estos días el Consejo Económico y Social caracterizaba a la vivienda como el agujero negro. Una buena parte de la juventud que se emancipa gasta ¡el 90%! de sus rentas en poderse alojar. Pero, mientras la juventud trabajadora se aprieta el cinturón para alojarse –o se queda en casa de sus padres o sus abuelos- se enriquece la minoría de especuladores y los fondos buitre. La ley de la vivienda no ha aportado ninguna solución a es grave problema. No hay otra salida que expropiar los cientos de miles de viviendas en manos de los grandes tenedores… pero para ello haría falta un gobierno que tenga el arrojo político de hacerlo.

Una situación insoportable
Lo es para el 27% de la población que vive a nivel de pobreza. Como lo es para toda la población, de todos los pueblos, e incluso clases sociales ante el genocidio en vivo y en directo del pueblo palestino. Sánchez ha dado el paso de calificar esto de genocidio, se hacen gestos, pero son muchos los que se preguntan por qué no se rompen ya todas las relaciones con el Estado genocida, por qué no se aplica ya por decreto-ley el embargo total de armas a Israel. Ante tanto horror, se impone adoptar medidas radicales, pero de poco sirven si por otro lado se decide aumentar los gastos militares y alentar la continuidad de la guerra en Ucrania. Todo euro gastado en armas es un euro menos para hospitales, vivienda, sanidad, infraestructuras.
Los tres millones de empleados públicos siguen sin subida salarial para este año, sigue sin cumplirse el acuerdo firmado con UGT y CCOO hace tres años. La sanidad agoniza…el Gobierno cava su propia tumba. Debería fijarse en lo que acaba de suceder en Portugal, donde el Gobierno socialista tenía en 2022 mayoría absoluta y ahora es la tercera fuerza, tras la derecha y la ultraderecha. Cinco años siguiendo la política de austeridad dictada por Bruselas han bastado para entregar a la derecha y extrema derecha el poder.

¿Quién dijo que no hay salida?
Ocho valencianos de cada diez exigen la dimisión de Mazón. Una potente movilización este 29 de mayo la exige de nuevo. Pero los sindicatos mayoritarios se han negado a apoyar la convocatoria de huelga, y .los partidarios de Sánchez en Valencia «esperan» nuevas elecciones. 200.000 ciudadanos de Madrid se manifiestan el 25 de mayo contra la política de destrucción de la sanidad pública de Ayuso, política que no tiene alternativa ni en las comunidades gobernadas por el PSOE ni a nivel central.
En todas partes crece la exigencia de ruptura con Israel, en los sindicatos las resoluciones contra el aumento del gasto militar son aprobadas sin oposición y con mayorías aplastantes, y se abre la vía un potente movimiento contra el rearme.
No vale decir que si gana la derecha sería peor. Evitar la victoria de la derecha exige otra política. Porque si el Gobierno no cambia de política y actúa en defensa de las conquistas sociales y de las reivindicaciones de la mayoría, si los sindicatos no dan un paso adelante y organizan la movilización por las reivindicaciones, por otra política, todos ellos abren paso a la ultraderecha.
Los desafíos los conoce todo el mundo: vivienda, salario, restablecimiento de los servicios públicos, dinero para las necesidades sociales, y no para el rearme…
El combate emprendido en la formación de colectivos contra el rearme, las movilizaciones en defensa de la sanidad pública, las del pueblo de Valencia y tantas otras permitirán reunir las fuerzas para formar un amplio movimiento contra el régimen monárquico y todos los que se someten a él, para abrir la vía a la satisfacción de las necesidades de la mayoría social.

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