¿Qué ha pasado en las elecciones en Chile?
Son muchos los compañeros y compañeras que nos preguntan por las elecciones presidenciales de Chile, que han dado una amplia victoria al candidato de la derecha. Por su interés, y aunque no compartamos algunos elementos de su análisis, reproducimos aquí una columna publicada sobre este asunto en el periódico mexicano La Jornada martes 16 de diciembre 2025
Marcos Roitman Rosenmann: Chile: se consuma la estafa posdictadura
Nada nuevo. El triunfo de José Antonio Kast confirma un proceso político, cuya lógica no depende de ganar o perder elecciones. Estamos en presencia de una dinámica de largo alcance, cuyo inicio se ancla en el golpe de Estado cívico-militar que derrocó el gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Pensar en un Chile lleno de virtudes, ejemplar y progresista, apuntando a Kast como el inicio de una etapa negra e involución política, es perder el norte, cuando no ser cómplice de una mentira construida por unos y otros. Desde Pinochet, pasando por Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet, Piñera, Boric y ahora Kast, existe continuidad. Un acuerdo de principio. El modelo no se toca; puede haber cambio de hegemonía, nuevos partidos, un discurso apocalíptico, pero en, ningún caso, una ruptura. Ni José Antonio Kast ni Jeannette Jara representaban posiciones irreconciliables. Son las dos caras de una moneda. Es cuestión de gustos. Tal vez haya quienes se inclinen por el anverso y otros se decanten por el reverso, pero el valor de la moneda no se negocia. Las diferencias no se presentan en torno al proyecto de sociedad. Los jefes de campaña de Jeannette Jara fueron reclutados en la élite política más desprestigiada de la Concertación. Sólo dos nombres, Ricardo Solari y Carlos Ominami. Mal aconsejada, se planteó renunciar a su militancia comunista si ganaba en segunda vuelta. Por otro lado, señalar que José Antonio Kast reivindicaba la figura de Pinochet es no recordar que ex presidentes, ministros democratacristianos, dirigentes de la socialdemocracia, académicos posmodernos, se sienten herederos de su “obra”. Si fracasaron los dos proyectos de nueva Constitución fue por la persistencia de los principios de la Constitución de 1980, fundados en la idea de un Estado subsidiario, donde la educación, sanidad, vivienda, flora y fauna son parte de una sociedad de mercado; una mercancía; un bien en disputa, no un derecho ciudadano. Clientes, consumidores y empoderados. Las contradicciones son de segundo orden. Se reorientan en las formas de encarar la gestión pública. Difieren en políticas de seguridad, inmigración, delincuencia, familia, lenguaje inclusivo LGTBI+, política internacional y derechos humanos. Se dirá que no es poco, pero ni Chile se rompe ni está dominado por el narcotráfico ni la delincuencia campa a sus anchas.
El lenguaje apocalíptico, la demagogia, y un discurso asentado en la mentira, hicieron de Kast un buen candidato. Su triunfo confirma el éxito de una transición pactada con el tirano. Pensar al margen del orden neoliberal no tiene sentido. Hablamos de la refundación del Estado chileno, en cuya construcción han participado todos. En más de medio siglo, ningún gobierno, incluida la dictadura, ha puesto en cuestión la sociedad de mercado. Desde Patricio Aylwin hasta José Antonio Kast, la crítica al capitalismo ha desaparecido.
Pensar que hoy se inicia un proceso de involución política en Chile es no entender que la actual sociedad chilena se configuró bajo una arquitectura negacionista de la democracia. Para que tuviese cabida en el nuevo orden constitucional, se renombró como tutelada, vigilada, restringida y de baja intensidad. Asistimos a la oligarquización del poder político. En Chile la democracia no tiene cabida en el orden constitucional.
El triunfo de José Antonio Kast deja al descubierto el éxito del proyecto neoliberal. Gobierne quien gobierne, el sistema se perpetúa en el tiempo. Kast formará su gabinete recurriendo a los funcionarios y figuras de la derecha tradicional, todos pinochetistas. Su partido no tiene arraigo territorial. Obtener votos y ganar la presidencia no conlleva tener cuadros políticos ni capacidad de gobierno. Algo similar le ocurrió al Frente Amplio. Gabriel Boric ganó la presidencia, con un discurso radical, procedente del estallido social en octubre de 2019, el mismo que desarticuló y reprimió tras su firma en el pacto por la paz y una nueva Constitución un mes más tarde. Su organigrama ministerial acabó en manos de socialdemócratas, socialistas, miembros de la ex concertación y nueva mayoría. Atrapado en sus redes y huérfano de dignidad, se despide de la presidencia, teniendo en su deber traicionar su proyecto, en aras de “seducir a la derecha” para forjar un amplio consenso de gobernabilidad. Cabe recordar que en los gobiernos progresistas hubo pinochetistas confesos.
Rasgarse las vestiduras y presentar la derrota de Jeannette Jara señalando que llegó la hora de una reflexión profunda y llamar a un zafarrancho de combate en defensa de la democracia es volver a caer en la incongruencia de quienes hace tiempo dejaron de luchar por ella. Sin crítica a la explotación capitalista no es viable ningún proyecto transformador. La esperanza de cambio social no supone un horizonte democrático, de justicia social y equidad; puede serlo en sentido contrario. Reivindicar mayor represión y un orden autoritario es compatible con las leyes de la oferta y la demanda. Si alguna conclusión podemos obtener de los resultados, es la fortaleza de un orden social afincado en las libertades individuales, la iniciativa privada y mano invisible del mercado. El giro o batalla cultural logró consolidar, entre los chilenos, el eslogan de sálvese quien pueda pero yo el primero. La gran estafa, pensar que en Chile los gobiernos han sido democráticos es garantía de éxito. ¡Viva la libertad! ¡Muera la democracia!
Fernando Morán*: Para la flor, el canto
El viernes 5 de diciembre de este año falleció en la ciudad de Juchitán, Oaxaca el intérprete y compositor Mario López, quien, con una trayectoria artística de más de 55 años y más de una decena de discos grabados, abordó los variados géneros musicales que se han desarrollado en el Istmo de Tehuantepec a través de su historia. Meses antes, precisamente, el 8 de abril, pudo recibir la medalla Álvaro Carrillo que le otorgó el Congreso de Oaxaca.
Mario López Hernández fue el continuador de su paisano Saúl Martínez García, conocido en el medio artístico como El trovador del recuerdo, que en 1948 grabó la canción Scanda en español y zapoteco, siendo la primera grabación comercial en lengua indígena que apareció en el disco Folklore sureño, editado por la RCA Victor. Además, fue Saúl Martínez quien le dio un estilo en la guitarra al son istmeño, introduciendo las armonías propias de la trova yucateca de la que, además de interpretar, aprendió y desarrolló.
Saúl Martínez llegó a la ciudad de México en los años 40 y Mario López en los 60. Por circunstancias de la vida, se conocieron en Coyoacán, pues coincidieron como vecinos. Desde luego, Mario López ya sabía de Saúl Martínez porque lo escuchaba por la radio en el programa La hora azul, que transmitía la XEW. Con el tiempo ambos artistas hicieron amistad y Saúl Martínez grabó la canción A esos ojos, de la autoría de Mario López, que apareció en El disco póstumo, editado en 1970 por Orfeón, quedando pendientes de grabar un par de canciones para la siguiente producción, debido a que Saúl Martínez falleció en 1969.
En 1970 Mario López, acompañado del Trío Sureño, grabó su primer disco, titulado La fiesta istmeña, editado por Discos Apolo y reditado en disco compacto casi 30 años después por Discos Pentagrama bajo el título de Mi guitarra vieja.
Igual que otros artistas de la música tradicional y popular mexicana, Mario López incursionó en la canción social. En su primer disco incluyó la canción Los ejes de mi carreta, de Atahualpa Yupanqui, y en 1972, acompañado de la Peña Juchiteca, grabó el disco Oaxaca Grita, que fue editado por Discos Cohete.
En éste aparece la canción Mi Abuelo, que se hiciera muy popular en el repertorio de la nueva canción mexicana y que grabaron posteriormente Amparo Ochoa en la producción El cancionero popular (1975); Óscar Chávez, en Casi todos con Óscar Chávez (1976), y Gabino Palomares, en México a través de su canto (2010). El primer verso de esta canción dice: “Mi abuelo mató franceses, y mi padre federales, y yo tan sólo heredé un jacal y tres nopales”, lo cual no es casualidad, ya que el 5 de septiembre de 1866 ocurrió la Batalla de Juchitán, cuya población, que incluía indígenas zapotecos y huaves, derrotó a los franceses. En 1911, también en Juchitán, Oaxaca, se llevó a cabo la Rebelión Indígena afín a los zapatistas, comandada por Che Gómez. En 1990, Amparo Ochoa y Óscar Chávez, acompañados por el Trío Los Morales, hicieron una gira por Holanda, en donde interpretaron juntos El Abuelo. En 1996, Óscar Chávez ofreció un concierto en la ciudad de Juchitán, donde, además de interpretar El Abuelo, compartió el escenario con Mario López interpretando juntos el danzón La Guanábana, un tema cuyo texto es de Alfredo Cardona y la música de Mario López.
Posteriormente, en 1975, Discos Orfeón publicó el disco Mario López, su folklore y su verdad, en el que interpretó obras del poeta y escritor juchiteco Gabriel López Chiñas. En este disco también está acompañado de la Peña Istmeña y del grupo Ca de Xaguete’, mejor conocido como Cade, del cual eran integrantes sus hermanos Gustavo y Enrique y quienes eran parte de los grupos del movimiento de la nueva canción mexicana que, además de grabar su propio disco en 1976, también acompañaron ese año a José de Molina en el disco Se acabó. En 2002, Mario López grabó el disco Siempre rebelde, siempre amoroso, acompañado del grupo Zazhil, también integrante del movimiento de la nueva canción mexicana.
La música, al estar sujeta al manejo de los medios comerciales, sufre de por sí una desvalorización de nuestra identidad y diversidad, lo que ocasiona un mercado de moda, donde también hay ausencia de las lenguas indígenas mexicanas. No obstante, hay algunas alternativas, como las que ofreció Mario López, quien igual que interpretar sones istmeños tradicionales, cantó boleros, cumbias y otros ritmos que forman parte del gran acervo de la música istmeña, que no está sujeta a la versión turística que nos han impuesto.
El lugar de las flores tiene gran cantidad de poetas, pintores, músicos y otros artistas que lo enaltecen con su canto. La vida es hermosa, no hay nada que se le compare, pero sólo es un momento. Rayando el sol despedimos a nuestros seres queridos, porque hay que reír, cantar y gozar.
Hasta siempre, Mario López. Nos dejas tus cantos llenos de flores.
*Cronista e historiador musical
Luis Hernández Navarro: Salvador Zarco, el tren y la vida
Ferrocarrilero por decisión propia, para Salvador Zarco Flores “el tren es poesía, es la vida. Es historia, es todo”. Preso político del movimiento estudiantil popular de 1968, al salir del Palacio Negro de Lecumberri en 1971, fue a una asamblea en la Facultad de Filosofía de la UNAM, le agradeció a sus compañeros su solidaridad para alcanzar la libertad y no volvió a las aulas. En cambio, no descansó hasta que entró a trabajar como rielero.
Prisión y trabajo fueron sus escuelas. La cárcel le dio muchas enseñanzas de lo bueno y lo malo del ser humano. Allí –dice– estamos todos desnudos. Descubrió, también, el “bendito valor del trabajo manual”. Los ferrocarriles y el mundo obrero le permitieron conocer hombres generosos hasta decir “¡basta!”. Entregados. Que dan su vida por una causa. Encontró que la solidaridad proletaria es cosa de carne y hueso, no asunto de ideas o libros.
Gran admirador de la Revolución china y del pueblo ruso, en su noche de bodas, en Morelia, entró en una librería de usado y encontró el libro de O. Piatnitsky Rompiendo la noche. Memorias y revelaciones de un bolchevique. Lo leyó sin parar hasta la madrugada.
En 1967, en la universidad, se incorporó a la Liga Comunista Espartaco (LCE). Lo enviaron primero al seccional petrolero y lo reasignaron al ferrocarrilero. Le impresionó el gremio. Los trabajadores cobijaban a los activistas, los orientaban para no despistarse, les decían cuál era la ruta que debían tomar.
En las calles, durante las protestas del 68, los jóvenes exigieron la libertad de Demetrio Vallejo, líder de la insurgencia obrera de 1958-59, preso durante 11 años, cuatro meses y un día. Vallejo fue, junto a Ho Chi-Minh y Emiliano Zapata, figura venerada por los estudiantes. Un destacamento rielero estuvo, con todo y manta, en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.
En prisión, Jerónimo (ese era su nombre de batalla) empezó a estudiar la historia del gremio y se enamoró de esa hermandad. “¡De aquí soy!”, se dijo. En Lecumberri, hizo amistad con el ferrocarrilero Cayetano Horta, detenido en Tlalnepantla, al que llamaba “mi general”. Era el encargado de limpiar la crujía a cambio de una ayuda económica de los presos políticos.
Jerónimo comenzó a trabajar en Ferronales en la vía, primero en Hidalgo y luego en Veracruz. Él, su entonces esposa y sus dos hijos mayores, habitaban medio carro-campamento, donde estaban recámara, comedor, sala, baño y cocina. Guisaban con estufas hechizas de leña. Allí vivían las cuadrillas de vía, que realizan, a la intemperie, el trabajo más pesado y peor remunerado. Tienen la responsabilidad de mantener la vía en las mejores condiciones para garantizar la seguridad de los trenes. Su espacio para la privacidad es limitado. Su vida íntima es casi pública.
Laboró allí un año, hasta que entró a los talleres, punto clave para organizar la lucha obrera. Los talleristas eran la columna vertebral del gremio. Cuando él y su familia regresaron a la ciudad, un hombre que era líder natural de la cuadrilla, le dijo: “le encargo una cosa: que me mande una foto y obras de Mao Tse Tung”.
Mecánico electricista de locomotoras, indoblegable ante los charros, incorruptible, organizó desde abajo, con discreción y naturalidad, un movimiento gremial depurador. Fue dirigente de la sección 15 y del comité de vigilancia, al tiempo que impulsaba gestiones de colonos y promovía el sindicalismo independiente en diversas fábricas, círculos de lectura y cineclubs. Con el tiempo, Zarco y Demetrio Vallejo se hicieron grandes compañeros en el Movimiento Sindical Ferrocarrilero.
En 1997, Salvador fue despedido junto con otro centenar de trabajadores. Comenzó una desigual resistencia contra la privatización del sistema ferroviario. Imposible detenerla. La venta de la industria despojó al país de bienes estratégicos para ponerlos en manos extranjeras y de empresarios inescrupulosos, y facilitó la destrucción del contrato colectivo, despidos masivos, desestructuración del gremio y cancelación de servicios.
Ante la inevitable derrota, Salvador se concentró, junto con un grupo de trabajadores, en preservar la memoria histórica y la cultura de los rieleros y el patrimonio industrial de la antigua empresa pública. Bajo su dirección, el 1 de mayo de 2006, se inauguró, en la antigua estación de La Villa, en rumbos de la Basílica de Guadalupe, el Museo de los Ferrocarrileros. No contaban “ni con un clavo para exhibir”. Con el apoyo de Teresa Márquez, el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos les prestó una locomotora 601 y otras piezas para su primera exposición acerca de los múltiples y diversos oficios de los obreros del riel.
Poco a poco, el museo se ha ido haciendo de un acervo propio, con base en donaciones y compras, préstamos y comodatos. Ha organizado exposiciones excepcionales como De Nonoalco a Tlaltelolco 1958-1968, dedicada a la lucha ferrocarrilera y a Demetrio Vallejo. Además, la institución es un centro cultural lleno de vida, un espacio abierto para que otros colectivos realicen actividades. Es el caso del Libro Club Teodoro Larrey.
El nombre del club de lectura tiene tras de sí una larga historia. En 1900, en Puebla, un puñado de mecánicos ferrocarrileros se reunieron en la habitación de una casa de huéspedes que alquilaba Teodoro Larrey. Allí nació la Unión de Mecánicos Mexicana, el primer organismo de resistencia rielera. Buscaba acabar con la explotación de los trabajadores mexicanos. Salvador Zarco es digno heredero, tanto de Teodoro Larrey como de Demetrio Vallejo. La formidable y eficaz labor que ha realizado en los últimos años al frente del museo y por la recuperación del patrimonio histórico y cultural de los ferrocarrileros debe ser reconocida dignamente.
X: @lhan55
Víctor M. Toledo: Los proyectiles: orígenes, evolución, vigencia
Como toda especie animal, el ser humano tuvo que enfrentar de manera directa tanto a sus depredadores como a sus presas para evitar ser devorado y para poder alimentarse, hasta que echó mano de los primeros proyectiles: las piedras. Con las piedras, los humanos lograron tomar distancia. Después siguieron las lanzas, que se pueden clasificar según su uso, su diseño o su función específica. Existen hasta 13 diferentes tipos de lanzas. Una lanza consta de un mango, generalmente de madera, con una cabeza puntiaguda. La cabeza puede estar simplemente afilada al final del mango mismo, como es el caso de las lanzas endurecidas al fuego, o puede estar hecha de un material más duradero adherido al mango, como hueso, pedernal, obsidiana, hierro, acero o bronce.
Luego tenemos los arcos y flechas. Los principales tipos de arcos son el arco recurvo (con puntas curvadas hacia adelante), el arco largo y el arco de poleas (compuesto, con sistemas mecánicos).
Las flechas, por su parte, se distinguen principalmente por el material con que se fabrican: madera, fibra de vidrio, aluminio o carbono, y también varían en longitud y diseño para diferentes usos.
Uno de los grandes inventos del ser humano es el bumerán o búmeran, herramienta de caza y recreación que debido a su perfil aerodinámico y especial forma de lanzamiento, se caracteriza por que tras ser lanzado, regresa a su punto de origen si no impacta en el objetivo.
Aunque el bumerán se considera un diseño de los aborígenes australianos, hoy existen evidencias de su aparición en varios puntos del planeta con una antigüedad de hasta 30 mil años.
Con el descubrimiento y manejo del fuego y la aparición de la energía nuclear, el otro gran salto fue la pólvora, que fue inventada en la antigua China, alrededor del siglo IX, por alquimistas taoístas que buscaban el elíxir de la inmortalidad, mezclando accidentalmente azufre, carbón y salitre (nitrato de potasio) para crear un polvo inflamable que llamaron “medicina de fuego”.
Este descubrimiento inicial, que provocó incendios y fue usado en fuegos artificiales, pronto evolucionó militarmente en flechas incendiarias y bombas, llegando a Europa alrededor del año 1200, y revolucionando la guerra y la construcción.
El uso de la pólvora dio lugar a las pistolas y a los cañones. Las primeras pistolas se crearon en el siglo XVII como armas auxiliares de la caballería. La primera pistola capaz de disparar de manera consecutiva antes de recargar munición fue el revólver. La invención del cañón se atribuye a China durante la dinastía Song (siglos XII-XIII), evolucionando de bambú a metal, y llegando a Europa a través de los árabes y mongoles, popularizándose en el siglo XIV para asedios y batallas.
Un salto descomunal por el inmenso poder desatado se logró con la aparición de la energía nuclear liberada desde el núcleo de los átomos, que se puede obtener mediante dos procesos: la fisión nuclear (división de núcleos pesados, como el uranio, utilizada en las centrales actuales) y la fusión nuclear (unión de núcleos ligeros, como en el sol).
Las centrales nucleares usan la fisión para generar calor, que se convierte en electricidad, y se destaca por no emitir gases de efecto invernadero, aunque presenta desventajas como la gestión de residuos radiactivos y el riesgo de accidentes de consecuencias devastadoras, como ocurrió en Chernóbil y Fukushima. Las dos bombas nucleares arrojadas en 1945 por Estados Unidos sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki dejaron entre 110 mil y más de 210 mil personas muertas, aunque no existen cifras definitivas.
Finalmente, el último proyectil reconocido son los drones, producto de la ingeniería aeronaútica; aeronaves pequeñas que pueden controlarse fácilmente desde un teléfono celular. Fabricados con fines militares desde la Segunda Guerra Mundial, su uso masivo comenzó hace apenas una década con la integración de sistemas como el GPS. Hoy existen decenas de libros sobre los drones.
Magdalena Gómez: Azqueltán: crimen e impunidad histórica
La violación de derechos humanos individuales y colectivos encuentra en los pueblos indígenas un memorial histórico de agravios cuyo telón de fondo es la impunidad. Uno de los escenarios ha sido el de la lucha por el territorio y la tierra, siempre acompañado de la resistencia de sus propietarios originales, que cuentan con títulos virreinales. Nada casual que estos procesos han implicado la muy añeja búsqueda de justicia ante autoridades en materia agraria,y no pocos crímenes contra las autoridades indígenas que promueven y encabezan esas luchas que les son vitales, que por cierto, al igual que la procuración de justicia, no han sido tocados por las reformas de los años recientes.
Mucha difusión se ha dado a los llamados planes gubernamentales de justicia para pueblos indígenas, que en contados casos han merecido decretos presidenciales que no dan cuenta de que las tierras “reconocidas” llevan años en litigio y algunas incluso con muy contadas resoluciones favorables sin ejecución. Queda así el crédito colocado en la voluntad política presidencial y a los pueblos “beneficiados” no les queda más que “agradecerla”.
En ese contexto, ubicamos el más reciente crimen cometido contra la comunidad de Azqueltán, Jalisco, el 26 de noviembre pasado, donde en el predio comunal de El Caracol, unos pistoleros dispararon y asesinaron al representante agrario de esa comunidad, Marcos Aguilar Rojas, delegado del Congreso Nacional Indígena, y dejaron gravemente herido a su hermano Gabriel.
El atentado se inscribe en el clima de terror, incluso para provocar el desplazamiento de caciques bien conocidos en la región, con el fin de apropiarse de 39 mil hectáreas de la comunidad de Azqueltán. Se conocen los nombres de algunos implicados y sería al Ministerio Público al que correspondería la investigación formalmente, porque tienen bien tejido el manto de complicidad con autoridades municipales y estatales, así como operadores judiciales.
En este caso, se ha denunciado que semanas antes del crimen, hombres armados que se presentaron como supuestos policías de investigación invadieron predios comunales, amenazaron de muerte a comuneros, robaron herramientas y materiales de trabajo, e intentaron desalojarlos de su territorio histórico.
Azqueltán cuenta con un título virreinal otorgado en 1733 y lleva una década gestionando, como parte del pueblo O’dam-Wixárika, un juicio agrario ante el Tribunal Unitario Agrario del Distrito 16 de Guadalajara, donde se busca el reconocimiento formal de su propiedad sobre 39 mil hectáreas.
Rubén Ávila Tena, integrante del equipo de abogados defensores, ha declarado: “Llevamos casi 10 años luchando en este juicio sin avances significativos, debido a la cantidad de posesionarios que deben ser llamados a procedimiento”.
La postura de la comunidad de San Lorenzo de Azqueltán es seguir resistiendo: “nosotros, como comunidad indígena autónoma, aunque nos maten, no vamos a abandonar nuestro territorio, no vamos a renunciar a nuestra identidad tepehuana y wixárika, y no vamos a ceder frente a los asesinos ni a los caciques”.
En este caso, como en todos los que han vivido los pueblos, no han faltado quienes obtienen un documento de “propiedad privada” sin resolución judicial. También las justificaciones temerarias de autoridades que han señalado que se trata de un conflicto entre particulares.
Azqueltán, ante el crimen de su autoridad agraria Marcos Aguilar Rojas, cuenta con el respaldo del CNI, al cual pertenecen. Incluso han solicitado que la presidenta Claudia Sheinbaum emita un decreto para que las 39 mil hectáreas que integran la comunidad sean tituladas y entregadas a sus poseedores ancestrales.
Justamente el pasado fin de semana, en Chihuahua, Guadalupe y Calvo, en la sierra tarahumara en Santa Tulita, la Presidenta firmó un decreto para entregar 3 mil hectáreas al pueblo Ódami Malanoche como propiedad comunal y afirmó: “Estamos aquí para entregar la tierra que siempre ha sido de ustedes, pero que no había sido reconocida”.
Por otra parte, numerosos colectivos, personas y organizaciones nacionales, entre muchas otras, la Asamblea Nacional por el Agua, la Vida y el Territorio, el Espacio de Coordinación Nacional Alto a la Guerra contra los Pueblos Zapatistas, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas y colectivos solidarios europeos, especialmente en Alemania, han impulsado jornadas por la vida en Azqueltán, manifestaciones y denuncias por la justicia frente al artero crimen, y por la recuperación y reconocimiento pleno de su territorio ancestral.
El Congreso Nacional Indígena afirmó: “decimos claro y fuerte: la violencia contra Azqueltán no es un hecho aislado, sino parte de un patrón nacional mediante el cual el poder –sea gubernamental, económico o criminal– ataca a las comunidades indígenas cuando defienden su territorio y su vida. Este crimen forma parte de una estrategia permanente de despojo y agresión contra los pueblos originarios”. Coincido plenamente.
José Blanco: La ignominia
Año tras año aumenta la ignominia de la injusticia social en el mundo. Desde el ángulo de la economía, la desigualdad en aumento continuo es muestra de ese oprobio. Véase el World Inequality Report 2026: 50 por ciento de la población del mundo percibe 8 por ciento del ingreso global medido en PPA (paridad de poder adquisitivo), mientras el 10 por ciento superior se adueña de 53 por ciento. Esta concentración empeora en el rubro de la riqueza personal acumulada: el 50 por ciento inferior posee 2 por ciento de la riqueza total; el 10 por ciento superior es dueño de 75 por ciento. Ambos rubros, ingreso y riqueza acumulada, empeoran año tras año.
La concentración de la riqueza sigue una dinámica perversa. Entre 2000 y 2025, el 50 por ciento más pobre del planeta permaneció con una riqueza acumulada estancada en torno de 2 por ciento. El 0.001 por ciento poseía en 1995 alrededor de 3.8 por ciento de la riqueza total, y en 2025 era dueña de 6.1 por ciento.
Entre mayor es la riqueza de un ultrarrico, más alta es la tasa de crecimiento de su riqueza. Es decir, la riqueza de los millonarios crece aceleradamente, pero si al 1 por ciento (los más ricos del mundo) se le divide en 10 segmentos, se hallará que la brecha entre esos segmentos se amplía de modo permanente: la riqueza de los deciles superiores de ese 1 por ciento crecen más rápido que la del resto; así crece la desigualdad entre los megamillonarios.
La desigualdad entre géneros es brutal y abarca al mundo. En Oriente Medio y en Norte de África, las mujeres trabajadoras perciben 16 por ciento del ingreso laboral total. En África subsahariana perciben 28 por ciento; en América Latina , 36 por ciento; en Europa y Norteamérica, 40 por ciento. Pero esas bajas proporciones se derrumban cuando se incluye en el cálculo el trabajo doméstico de ellas.
El reporte analiza muchas dimensiones de la desigualdad, no sólo la de los ingresos; no podemos abarcarlas en este espacio. La operación del sistema financiero produce desigualdad económica, por ejemplo.
La distribución del ingreso y la de la riqueza, en cada momento histórico, resultan en última instancia de la fuerza económica y política de los actores sociales. La fuerza de los asalariados y cuentapropistas es menor o mucho menor que la de los empresarios capitalistas, menor que la de los ricos en general. Los capitalistas tienen influencia decisiva en las campañas políticas y en las decisiones públicas. Su peso es determinante en los resultados electorales, y es decisivo en el contenido de las leyes. Las decisiones de gobierno se construyen para favorecer a los ricos. Hoy en día, todo en el mundo contemporáneo está hecho para perpetuar la desigualdad y empeorarla con el tiempo.
Con la globalización neoliberal iniciada a principios de los años 1990, comenzó también una espiral de desigualdad mucho más acentuada que en las décadas anteriores. En esos años cayó la Unión Soviética. Como lo hemos apuntado en este espacio, fue el de la URSS el mayor intento fallido por superar la lacra capitalista; fracasó, pero durante los años de su existencia, operó como un freno efectivo a las peores prácticas de la explotación capitalista en Occidente.
Frente a la desigualdad desbocada, el World Inequality Report formula la siguiente propuesta: dar seguimiento continuo a la desigualdad; redistribuir el ingreso mediante una fiscalidad progresiva y la institucionalización de transferencias sociales; aumentar la inversión pública en educación y salud; crear de un nuevo sistema monetario global.
Es difícil comprender el paso de los autores del reporte, desde su diagnóstico, certero y preciso, a esa propuesta. Y es que, como dicen los autores del reporte y suelen decir también la mayoría de los críticos de las economías subdesarrolladas, todo es cuestión de “voluntad política”. Es decir, las cosas no ocurren porque los gobernantes no quieren, o no se atreven. En algunos casos, porque “no entienden” (quizá son tontos).
La eliminación de la desigualdad multidimensional que padece el mundo es imposible en un marco capitalista. Puede ser atemperada en una medida imposible de determinar a priori. Será siempre necesario explorar esa medida en la práctica política, bajo unas condiciones sociopolíticas favorables. Esas condiciones no existen en la mayoría de los países del orbe, y el World Inequality Report 2027 nos mostrará un nuevo aumento de la desigualdad.
Si un país logra configurar una correlación de fuerzas, en el seno del Estado, favorable a institucionalizar una política del corte “primero los pobres”, como ocurrió en México, se abrirá la posibilidad de atemperar la desigualdad. La “voluntad política” está precedida por el acceso a las llaves del poder político de una fuerza política de la izquierda a la que de veras le importe la vida de las mayorías presentes en el hoy de la nación. Que todos cuenten con acceso a los alimentos, la vivienda, la salud, la educación, el empleo, con salarios crecientes.
El crecimiento en la desigualdad de la riqueza es resultado de la desigualdad de los ingresos, y de unas instituciones que la favorecen, como las herencias libres de gravamen, y un sistema impositivo con impuestos regresivos como el IVA.
Javier Aranda Luna: El desalojo del Refugio Franciscano y el maltrato animal
Absurdo mundo el nuestro, que necesita leyes para aceptar la realidad: los animales sienten, son “seres sintientes”.
Nadie lo dudaba: en los incendios huyen del fuego y durante las inundaciones se refugian; chillan, aúllan, braman, si se les hiere. Claro que sienten, pero se les consideraba legalmente “objetos semovientes”; es decir, que se mueven por sí mismos.
Pero sintientes y todo, al parecer se les sigue considerando como objetos. La madrugada del pasado 10 de diciembre desalojaron con una orden judicial el Refugio Franciscano, ese albergue legendario ubicado en la salida a Toluca. Allí viven mil 200 perros y una treintena de gatos que, aunque sientan y sean seres vivos, fueron separados de sus humanos que los cuidan y alimentan.
El Refugio Franciscano apoyado por Carlos Monsiváis, se fundó en 1977, hace 48 años, y desde entonces ha sido hogar para unos 25 mil seres sintientes. Ahí llegan los sin casa, los que echaron a la calle gente que no siente, los que acompañaron a los devotos peregrinos guadalupanos en sus largas travesías, los llamados perros peregrinos que, al regresar, sus amos en transporte y no a pie, como llegaron, los pierden o los abandonan a su suerte.
Quien promovió el desalojo fue otra fundación, la Fundación Antonio Haghenbeck. Según la Agencia de Atención Animal, organismo descentralizado que ha mantenido pláticas con las partes en litigio, “los animales no serán retirados, sino que sólo se cambia la administración del terreno”.
El abogado del Refugio Franciscano, Fernando Pérez Correa, informa que más que administrar el terreno con los perros, pretenden construir un desarrollo inmobiliario, un BGrand en ese paraje que es zona natural protegida.
Si es así, ¿qué será de los seres sintientes que cobija el Refugio Franciscano?
La fundación Haghenbeck ha manifestado que los perros y gatos encontrados en el albergue ahora estarán a su cuidado. Dicen haber iniciado un censo para su atención médica y que su personal se encargará de su alimentación, limpieza, recreación y rehabilitación, “para que estén en perfecto estado, antes de encontrarles un hogar para el resto de sus vidas, y, si no, se quedarán con nosotros hasta el fin de sus días”.
Al parecer los seres sintientes volverán a ser “objetos semovientes”, muebles con movimiento autónomo, con un nuevo dueño. Naturalmente, los nuevos administradores no estarán obligados legalmente a cumplir con sus promesas. Ni a cumplirlas en el lugar en el que se encuentran.
Hace 35 millones de años, los perros, que antes eran lobos, ayudaron a los hombres a cruzar el estrecho de Bering. Cazaron con ellos y ellos los defendieron de otras bestias. Hoy nos siguen acompañando. Cuidan a nuestras familias, nos ayudan a encontrar sobrevivientes en los escombros que dejan los sismos o la guerra, pastorean nuestro ganado, conducen a los invidentes, detectan explosivos, droga y nos acompañan en largas travesías, como la peregrinación guadalupana, y los seguimos maltratando.
México es el país con más abandono de perros en América Latina. De los 23 millones que se calculan en el país, 70 por ciento se encuentran en situación de calle.
Aunque la reforma política de diciembre de 2024 incorporó la prohibición de maltrato animal, éste continúa.
Ojalá el desalojo del Refugio Franciscano no se convierta en un nuevo capítulo de esa cultura que ve en las mascotas un accesorio desechable. Qué mal que una fundación ataque a otra cuando ambas buscan el bienestar animal. Por lo pronto, los seres sintientes del Refugio Franciscano ya perdieron a sus humanos con los que establecieron lazos, pues les proveyeron techo, comida, salud, cuidados. Los sintieron suyos y ya no están.






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