En este inicio de año
Los datos reales son más fuertes que la propaganda oficial. La subida del IPC en 2021 ha llegado al 6,7%, mientras que salarios y pensiones suben entre el 1 y el 2,5%.
En esta situación, es de un verdadero cinismo la campaña desatada por todos los medios masivos de comunicación en contra de los aumentos de salarios y pensiones que reclaman todas las categorías de trabajadores y los pensionistas. Mientras, la campaña comercial de Navidad (apoyada por todas las administraciones públicas) y hasta las rebajas sirven para subir los precios. La movilización de los metalúrgicos de Cádiz abrió el camino, y se intenta cerrar con esta campaña de acusación a los trabajadores “si se aumentan los salarios se disparará la inflación”. O sea, se intenta culpabilizar a la mayoría de los dislates y desastres de la economía capitalista. Y que pierdan un 4 o un 5% del poder de compra de sus salarios, en nombre del supuesto “bien común”.
Ya se inventaron lo de la valorización de las pensiones según la inflación media para justificar el robo a los pensionistas que significó el primer tramo de la reforma Escrivá sobre las pensiones.
Y hoy la exigencia de aumentos de salarios y pensiones une a trabajadores activos, parados y jubilados. Esta exigencia se dirige en primer lugar a los sindicatos para que no acepten nuevas reducciones salariales. Que no acepten el chantaje de empresas como la Ford, que amenaza con despidos masivos e incluso emprender el camino de Nissan. Y para que organicen la movilización unida de trabajadores, parados y pensionistas en defensa de los salarios directos y diferidos.
El fraude de la supuesta reforma laboral, que aún no ha sido convalidada por las Cortes, da la verdadera dimensión de la política de este Gobierno. Como lo da la brutal represión contra los trabajadores de Cádiz, durante la huelga y después de ella. Su pretensión de estar a la escucha de los trabajadores, o de utilizar el espantajo de la extrema derecha cae a ojos vista. Toda la agitación de Vox y el PP se basa en la renuncia del Gobierno a sus compromisos con los trabajadores, como se vio en las elecciones de Madrid.
Desde la utilización de la pandemia para justificar su política, sin revertir los recortes en la sanidad, hasta el monstruoso gasto de más de 10.155 millones en armas para contentar al ejército y al rey (mientras el gasto real es de más de 20.000 millones), definen más la política de un gobierno que la propaganda.
Hay una salida
No queremos relatar un escenario de desastres y ataques contra los trabajadores, sino que señalamos al mismo tiempo las vías de solución que abre la propia clase obrera. Una de ellas fue la movilización de Cádiz. Otra es, hoy, la exigencia casi unánime de aumentos salariales y la reciente campaña de los pensionistas para incrementar sus pensiones con relación al IPC.
Desde nuestro punto de vista, siempre al lado de las reivindicaciones de los trabajadores y los pueblos, se trata de armar la fuerza organizada para ayudar a los movimientos en curso a ir más lejos y ganar.
Este es el objetivo de la próxima conferencia estatal que organiza el Comité por la Alianza de los Trabajadores y los Pueblos este sábado 29 de enero en Madrid. A la cual venimos apoyando en estas páginas desde que se convocó.
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