El “porqué” de los gastos militares, un documento infame
El Ministerio de Defensa, presidido por Margarita Robles, publica un documento del Ejército de Tierra titulado: “«Las claves del porqué» ante cuestiones relacionadas con la seguridad y defensa en el Ejército”. A modo de introducción el documento señala como objeto del mismo que: “es preciso disponer también de argumentos sólidos y razonados que permitan contrarrestar juicios de valor o afirmaciones carentes de justificación, a menudo recurrentes, que girando en torno a las cuestiones de Seguridad y Defensa pretenden minimizar su importancia, cuando no cuestionar su necesidad”. Y en las consideraciones que le acompañan concluye que: “…sin seguridad, no habrá sanidad, enseñanza pública, pensiones, etc., puesto que es imposible que estas últimas tengan lugar si los ciudadanos y el Estado carecen del básico segundo escalón en la pirámide de necesidades de Maslow”.
Ya ven ustedes, los motivos que hay para que el Gobierno “en funciones” aumente el gasto militar en más de 13.000 millones de euros desde el 23J están basados en la psicología. Sin embargo, en la primera cuestión que plantea como polémica ya aclara que: “En la cumbre aliada celebrada en Madrid entre el 28 y el 30 de junio de 2022, España se comprometió a ir aumentando ese gasto hasta llegar al 2% del PIB para 2024”, y que por tanto podríamos decir que ese “compromiso” se debe a las exigencias de la OTAN.
Este documento que pretende responder a cuestiones que se pudieran plantear, como por ejemplo: “Las inversiones en defensa van en detrimento de las correspondientes a sanidad y educación”, no responde al derecho que tiene la clase trabajadora a una sanidad pública, gratuita y de calidad, ni al acceso a una enseñanza pública para todos, tampoco garantiza las ayudas a la dependencia, pues vincula derechos básicos a la compra de armamento o al mantenimiento de una estructura militar destinada a la defensa de los intereses del capital. De hecho los condiciona al hipotecar los presupuestos de los próximos doce años.
Según el documento la inversión en defensa es una inversión en bienestar, es decir, que es mejor construir barcos de guerra que mercantes o pesqueros. La realidad es que la fabricación de armas solo sirve para destruir y contradice la aspiración de la humanidad de crear instrumentos que la liberen del trabajo. Es conocido que Internet, uno de los avances de los que el texto presume por haber sido creado en el ámbito militar, fue ocultado desde los años cuarenta hasta los años ochenta. Los conflictos y las guerras destruyen pueblos frenando su desarrollo, es el caso de Libia, de Irak o de Siria… etc. También señala que los ejércitos no pueden evitar catástrofes naturales, que por el contrario están allí para ayudar, pero obvian que destruyeron Libia y sus infraestructuras y que como consecuencia un temporal ha multiplicado los efectos catastróficos. Hay que ser claro, el envío de armas a Ucrania o a Putin no hace más que aumentar la destrucción y las muertes, y enriquece a las multinacionales, y que el interés del pueblo ucraniano es el alto el fuego inmediato.
Otra cuestión califica de demagógica la afirmación de que: “Con el importe de un carro de combate Leopardo podrían adquirirse 440 respiradores”, y que el Ejército permite “una rápida e inmediata respuesta inicial ante una posible crisis epidemiológica”. Todos recordamos cual fue la primera linea, nuestros sanitarios con bolsas de basura intentando frenar la pandemia, mientras veíamos patrullar al Ejército por las calles de nuestros pueblos. Es un ejercicio de cinismo absoluto negar que el gasto sanitario que salva vidas es demagogia cuando se compara a la compra de los nuevos vehículos blindados 8×8 que en el mejor de los escenarios se quedarán obsoletos, y en el peor provocarán muerte. La tan cacareada UME solo sirve para ocultar la destrucción de servicios públicos, bomberos, sanitario, etc.
Es una burla que se pretenda eludir que la seguridad que dicen garantizar no es más que el mantenimiento del statu quo, es decir la explotación de los trabajadores y la opresión de los pueblos, o es que no recuerdan tampoco la misión de la ONU en Haití que mantiene a sus habitantes en un estado de total abandono. El Estado Mayor del Ejército se transforma en un instrumento de la OTAN al servicio de las aventuras militares de la administración americana.
Todas las cuestiones que plantea el documento son de la misma catadura, pues vienen a justificar lo injustificable, la barbarie.
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