Huelga de las universidades públicas madrileñas: seguimiento masivo, prácticamente absoluto
Además de la huelga como tal, de dos días seguidos completos, las movilizaciones incluyeron también una manifestación la mañana del 27 desde Moncloa hasta la Consejería de Educación en la calle de Alcalá y, especialmente, otra manifestación, por la tarde, en la que participaron 50.000 personas, también según CCOO. Ha sido, sin duda, una movilización histórica que revela la inequívoca voluntad de trabajadores y estudiantes para defender la universidad pública.
al y como informamos en el número anterior de Información Obrera, la plataforma en defensa de las universidades públicas madrileñas, con el apoyo de los sindicatos CCOO, UGT, CNT y CGT, convocaron huelga los días 26 y 27 de noviembre. El seguimiento fue masivo, prácticamente absoluto. De acuerdo con los datos ofrecidos por el sindicato CCOO, el seguimiento fue del 75% en total, alcanzándose el 85% en algunas universidades, como la Complutense. Seguimiento reforzado porque asimismo el estudiantado secundó de forma masiva la convocatoria. La imagen que vale como mil palabras la mostró la foto de los campus de Moncloa y de Somosaguas de la misma Complutense, que tenían idéntico aspecto al de cualquier festivo sin actividad alguna.
Además de la huelga como tal, de dos días seguidos completos, las movilizaciones incluyeron también una manifestación la mañana del 27 desde Moncloa hasta la Consejería de Educación en la calle de Alcalá y, especialmente, otra manifestación, por la tarde, en la que participaron 50.000 personas, también según CCOO. Ha sido, sin duda, una movilización histórica que revela la inequívoca voluntad de trabajadores y estudiantes para defender la universidad pública.
Por eso la movilización no se detiene, dada la gravedad de la situación. Como también señalamos en el número anterior, obedece sobre todo a los recortes presupuestarios que ahogan a las universidades públicas madrileñas, con la intención evidente de una privatización cada vez mayor del sistema educativo, en este caso en el nivel universitario. Pero también a la amenaza de una nueva ley, por el momento denominada Anteproyecto de Ley de Enseñanzas Superiores, Universidades y Ciencia (LESUC), cuyo contenido sería asimismo privatizador y represivo. Así, en continuidad con la huelga, el pasado jueves 4 de diciembre se realizó una concentración ante la Asamblea de Madrid, en el momento en el que tenía lugar en ella el debate de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos regionales.
Lo que está en juego es el futuro de la universidad pública, que constituye el único posible garante del derecho democrático a la educación, así como el principal medio para la investigación que no obedezca a los intereses empresariales. Por ello, las históricas movilizaciones de estos días, reveladoras como decíamos de la voluntad mayoritaria en las universidades, deben continuar, incluso más ampliamente aún con la incorporación a ellas de los demás sectores de la clase trabajadora. Continuar hasta lograr el objetivo de retirada del proyecto de ley y la dotación de todos los recursos necesarios para que la universidad pública pueda cumplir dignamente su función social.
Manteniendo la unidad de acción como hasta ahora, con sindicatos y asociaciones estudiantiles, con posicionamientos en los órganos universitarios, desplegando más piquetes informativos, reuniones, asambleas, difusión de la movilización en los medios y, coronando todo, lo que se presenta cada vez más como imprescindible: trabajar en la perspectiva de una huelga general indefinida para ganar las justas reivindicaciones.
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