50 años de Monarquía

Publicado el por Andoni Zarra

Categorías: Actualidad política, Libertades

¿Cuál es el papel de las Cortes en este régimen? Cuando se preparaba el referéndum catalán de 2017

por Andoni Zarra

50 años sin soberanía de las Cortes

¿Cuál es el papel de las Cortes en este régimen? Cuando se preparaba el referéndum catalán de 2017, el gobierno Rajoy cambió el papel del Tribunal Constitucional: tenía que controlar lo que día a día discutían y decidían las Cortes y los Parlamentos e intervenir anulando acuerdos, prohibiendo debates. Este papel de policía debía impedir que los Parlamentos cuestionasen el régimen. En aquel momento las sesiones del Parlamento catalán fueron intervenidas reiteradamente. Más adelante esto afectó al propio Congreso de los Diputados. El Tribunal Constitucional ordenó en 2022 al Congreso que paralizase la tramitación de un proyecto de ley (sobre mayorías en el CGPJ). Los socialistas, que presidían el Congreso, criticaron este hecho sin precedentes pero tragaron. Es la negación de la democracia, poner un organismo no elegido por encima de la asamblea elegida por el pueblo. ¿Una cosa de Trump? Es la última clave de la Constitución del 78 y la UE lo ratificó.
Parlamentarios catalanes de Junts recurrieron al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos denunciando que el TC les había prohibido hablar de autodeterminación. No sabían a quién recurrían: los tribunales de la UE, desde 1960 hasta hoy nunca han admitido a trámite ninguna denuncia contra los asesinos y torturadores franquistas. Alguien tan autorizado como Joan Garcés, que fue secretario de Allende, fue de los primeros en chocar con esa negativa. Explica las razones de los gobiernos europeos: unos hicieron la guerra con Franco, otros colaboraron con él y luego todos apoyaron las trampas de la Transición. Pero la raíz es que los tribunales de la UE no son democráticos, porque no hacen justicia en nombre de ninguna soberanía popular, la UE no es una nación soberana, ni es una unión de Estados soberanos, sino un invento supranacional del capital, que está por encima de los Estados.
Ahora el Tribunal Europeo ha dictado sentencias sobre el recurso de Junts: en casos extremos el TC tiene derecho a impedir que un Parlamento hable de autodeterminación, porque tiene que proteger la Constitución, elaborada por unas Cortes de mayoría franquista.
Los borbones están felices. Felipe VI tiene un solo discurso, que coincide con el de Feijóo: el régimen está muy bien, no hay que tocarlo. Si no, ¿cómo se aguantan si el pueblo nunca ha votado por la Monarquía?

Lugar internacional de la Monarquía

Sánchez está en la fila de la UE y países europeos que se han comprometido en Kiev a cumplir el papel que Trump les ha asignado: apoyar militarmente hasta donde haga falta.España realizó más de 2.500 deportaciones de migrantes en los tres primeros meses del año, según datos de Eurostat. Es el quinto país de la Unión Europea que más migrantes irregulares ha devuelto después de Francia, Alemania, Suecia y Chipre. Por tanto, más que Italia o Grecia.
España ocupa un lugar destacado en el envío de armas a Israel para que efectúen el genocidio. El reino de España participa en diez intervenciones militares internacionales.Así, la Monarquía lleva 50 años trepando en la lista de criminales internacionales.

Interpelan a la juventud.

La juventud no ha tenido esos 50 años, pero en ella parecen confluir todas las reflexiones.
Pedro Sánchez, con el tino que tiene para detectar el ánimo de los auditorios, se dirigió a los jóvenes de forma constructiva. Facilitó datos sobre el cambio de este medio siglo para que todo el mundo tenga clara su dimensión. Si en 50 años hemos hecho esto, lo que se nos exige es tal vez mayor; invita a los jóvenes a participar en el combate que se emprende. Acertó más o menos en las propuestas, pero su actitud era respetuosa.
No siempre los reclutados para la campaña tienen la misma contención. En este inicio de campaña están todos marcados por un par de estadísticas.
Basándose en el CIS y 40dB, dice El País:

  • “El 20% de los jóvenes tiene preferencia por Vox, que considera el franquismo como una etapa de progreso y reconciliación”.
  • “Hay una creciente tolerancia de los jóvenes a regímenes autoritarios y una cierta banalización de lo que significó el franquismo”.
  • “Un 26% de los jóvenes varones preferiría ‘en algunas circunstancias’ el autoritarismo a la democracia”.
    Concluye en la obligación de “la explicación veraz de las condiciones de existencia bajo la dictadura franquista”.
    Y esto se lo han confiado los gobiernos de estos cincuenta años en gran parte a la escuela católica, de raíces franquistas, cuyo gran negocio paga el Estado.
    El hecho es que con la repetición de esas estadísticas (cuya proyección futura puede ser más grave) llega un momento en que la campaña puede parecer un pesado sermón, con ribetes de reproche a los jóvenes de que no se hayan dado cuenta de lo que es el franquismo.
    Más justa es la apreciación, en el mismo periódico, de que con “una juventud que no se puede emancipar, frustrada en sus expectativas vitales y una clase media cada vez más empobrecida, el caldo de cultivo está servido”.
    Lo que significa que no hay nada que reprochar a los jóvenes, sino a los gobiernos y a los responsables políticos y económicos que han creado realidades que llevan a los jóvenes a ser receptivos al discurso fascista.

¿Vamos a repetir esta falsedad?

La contribución al debate (EP) de Sergio Riesco, catedrático de secundaria de Historia y profesor de la Universidad Complutense contiene una tergiversación en la enseñanza de la guerra civil que puede trasladarse al debate actual sobre los 50 años.
«El reto es conectar la historia con el presente» «Desde la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo hasta la LOMLOE se ha hecho prescriptiva, con mayor o peor fortuna y carga ideológica la enseñanza del acontecimiento central
del siglo XX [se refiere a la guerra civil]. Hasta el punto de que hoy la vigente LOMLOE nos señala que el temario de Historia en 4.º de ESO se debe centrar exclusivamente en la última centuria. […]
El profesorado ha ido incorporando las principales interpretaciones de la historiografía más solvente realizadas en las últimas décadas. […]
En cuanto a las causas profundas del conflicto, existe cierto consenso en torno al “empate de incapacidades” entre un conservadurismo que no aceptaba las reglas del juego democrático y un sector del progresismo que aspiraba a llevar a cabo las reformas estructurales que el país requería demasiado rápido.[…]
A la hora de repartir responsabilidades el profesorado tiende a cierta autocensura. En pos de evitar cualquier sesgo, se cae a menudo en la equiviolencia; es decir, contar que existió represión por parte de los dos bandos sin enfatizar lo suficiente que mientras la republicana ya estaba bajo control en mayo de 1937, la golpista primero y la de la victoria franquista después fue sistémica y razón de ser de la propia dictadura».
¡Bendito consenso de ciertos profesores!
Condenan las medidas revolucionarias de campesinos que llevaban siglos oprimidos y quieren la tierra, la determinación de los obreros que controlan los teléfonos en una situación de guerra.
Estos profesores lo consideran igual que la violencia de los latifundistas para mantener la servidumbre de los jornaleros.
Les parece bien que se reprima a los obreros revolucionarios de Barcelona, que fueron vanguardia en derrotar al Ejército.
Con profesores así, el debate sobre 50 años de Monarquía le encantará a Felipe Borbón.

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